Yolanda del Valle Ugueto C.
Nahem José Blanco R.
Cuando
hablamos de un coach, nos referimos a un profesional especializado, capacitado
para realizar acompañamientos a personas, profesionales o empresas, ideado para
atender de forma individual y/o grupal, donde intervienen elementos
determinantes desde el punto de vista Onto-axiologico, los cuales constituyen a
nuestro juicio la columna vertebral para el éxito del coacheé, excelente
técnica ideada para ayudar, mejorar o explorar nuevas herramientas del ser
humano, que le permitirán en un periodo de tiempo planificado obtener cambios
personales o profesionales.
En
este proceso intervienen tres elementos principales que son básicos para el
desarrollo de la sesión de coaching, ellos son: el coach, quien será el
profesional especializado que dirigirá
la sesión, el cliente o coachee, será la persona que será entrevistada y el
sujeto que presenta el quiebre, y un tercer elemento que es el asunto, el cual
constituye el factor o conflicto que presenta el coachee y el motivo por el
cual busca la ayuda.
Siguiendo
con estos planteamientos, es importante resaltar que el coach debe gozar de
ciertas y determinadas habilidades las cuales le permitirán apoyarse y manejar
de manera eficiente y oportuna el quiebre que se presente en el sujeto que
busca ayuda, además fomentar una
conexión coach-coachee, de allí parte el posible éxito de la actividad, además
debe apoyarse en el compromiso de ambos, en el cual cada individuo colocara su
granito de arena a través de un buen rapport
a fin de exponer u obtener una visión clara de la situación que se
presenta en el coachee.
El
compromiso del coach, debe basarse en la pasión, la paciencia y la perseverancia por lo que hace, ante este
planteamiento es oportuno señalar una frase citada por Ismael Cala en su libro
Un buen Hijo de P… , donde platea que “La energía y la perseverancia conquistan
todas las cosas” , y coincidimos con la
frase, sería interesante además añadirle la pasión que vendría por valor
agregado en la energía y la pasión porque es la que le da el sentido original y
la que logra aflorar todas estas capacidades y colocarlas a disposición del
coachee con el objeto de conseguir e identificar lo mejor de cada individuo, y
que en muchos casos no lo conoce.
En
cada sesión el coach indagara en el coachee los alcances
generados luego de la sesión inicial, e inclusive sería importante
establecer planes de acción y verificar el respectivo seguimiento y cumplimiento,
otro elemento que consideramos importante resaltar en este caso es la actitud,
partimos de la premisa que para que se genere un cambio debe existir en
principio un cambio de actitud, porque este es quien generara los cambios
sucesivos en la medida que inician las sesiones de coaching.
En
este sentido, recordemos que “Somos lo que queremos ser” frase fundamentada en
el libro del Psicólogo Venezolano Carlos Saúl Rodríguez “No es Cuestión de
Leche es Cuestión de Actitud”, donde se evidencia de forma precisa que los
cambios los generamos a través de nuestra actitud, de tal manera que la
relación entre el coach y el cliente no escapa de este planteamiento, por lo
cual se deben establecer compromisos iníciales donde la actitud y la apertura a
los cambios debe ser un fundamento sin el cual no se debe partir, porque todos los cambios ontológicos parten de
nuestra actitud ante las situaciones.
En
concordancia con los planteamientos anteriores, es importante identificar
primeramente las debilidades oportunidades fortalezas y amenazas, identificar
estos elementos significa autoconocimiento, lo que quiere decir que para
conocer a un tercero debemos conocer nuestras capacidades y competencias como
coach, esto permitirá identificar donde se encuentra el quiebre presente en el
coachee y que herramientas podría utilizar el coach
para que el cliente identifique la solución dentro de sí.
El
clima de confianza y la apertura hacia el coach constituye un par de elementos
significativos cuya teleología es el establecer la conexión idónea para generar
un rapport eficiente que permita el desenvolvimiento del coachee de tal manera que se establezca una armonía
con la sintonía necesaria en la relación,
así como una sinergia constructiva, se trata de una actitud de apertura hacia
el otro para crear un espacio de libertad, de expresión y de reconocimiento del
pensamiento.
Importante
además, es el contexto, en este sentido, el coach debe escuchar en presencia
plena todo lo que el coachee necesita
trasmitirle, teniendo en cuenta que el coach no debe involucrarse
emocionalmente con el cliente, es de resaltar que en ningún momento el coach
debe aconsejar al coachee, y debe evitar llevar a su propio contexto el
quiebre del cliente, lo que quiere decir entonces que el profesional que
acompaña debe siempre estar centrado en lo que desea lograr, es decir, debe
centrarse en escuchar de forma profunda y colocarse en el lugar del cliente sin
llevar el conflicto al contexto personal, porque de lo contrario perdería la objetividad
de la sesión.
En
este contexto, el escuchar para entender, para comprender donde se encuentra el
quiebre, genera la idea inicial de
servir de espejo para el cliente, a fin de que desde lo ontológico el cliente pueda
identificar las soluciones al conflicto, partiendo de las preguntas poderosas que el coach durante la sesión
realizara a fin de hurgar dentro de la conversación para poder así reflexionar,
es importante acotar que el silencio en las sesiones de coaching es una herramienta poderosa, siempre que se
utilice de manera adecuada, importante no realizar juicios de valor ni
criticas, sin embargo el feed – back es determinante en la conversación
puesto que permite repetirle y reforzar
al coachee sus puntos fuertes,
permitiendo establecer reforzadores positivos que fomentan al cliente a
identificar sus debilidades y establecer sus fortalezas a fin de que pueda
lograr el equilibro que el cliente busca en estos casos.
Recopilando
lo expuesto en los párrafos anteriores, es necesario resaltar que
la actitud positiva es determinante para el
logro y resolución de cualquier quiebre en cualquier contexto, es importante la
utilización de herramientas muy útiles, tales como la psicología positiva, ante
este planteamiento Muñoz, A. (2016), expone que la psicología positiva “se
centra en el estudio de esas cualidades positivas y en cómo desarrollarlas,
porque no solo ayudan a vivir una vida más satisfactoria, sino también a
prevenir patologías que se producen cuando la vida está vacía o parece no tener
sentido”(p.5). Ante esta idea, se infiere que la psicología positiva va de la
mano con la actitud positiva, pero no debemos confundir la psicología positiva
con el “pensamiento positivo” como corriente de autoayuda que ha dado lugar a
numerosos libros, la psicología positiva
es una rama de la psicología y, por tanto, es una ciencia cuyas conclusiones
están basadas en estudios e investigaciones realizadas por psicólogos y no
defiende que haya que pensar en positivo en todo momento, ni negar la realidad,
en este caso el coach mediante esta
disciplina de la psicología podrá explorar y resaltar las cualidades innatas y las fortalezas aprendidas por el
cliente, tomando siempre como premisa lo axiológico, que es lo que fundamenta
lo ontológico.
Bajo
este contexto, el coach configura el
profesional especialista para hacer que el coachee identifique las herramientas necesarias y
determine los caminos para obtener resultados extraordinarios tanto en la vida
personal como profesional, para ser coaching no se requiere ser profesional en
una carrera especifica pero si necesita habilidades para poder comunicarse y
conectarse con el cliente, a fin de que exista un rapport efectivo y pueda
establecerse de manera eficiente la interacción, la aplicación de herramientas
como la técnica del espejo y la psicología positiva e incluso la gerencia de
valores son determinantes para lograr que el coachee visualice sus fortalezas y que a su vez genere nuevas
estrategias que serán resaltadas a través de las preguntas poderosas realizadas
por el coach para obtener de esta manera resultados extraordinarios, los cuales
serán aflorados por el coachee durante
las sesiones, y en la medida que el logre identificar sus fortalezas y se dé
cuenta que la solución está en sí,
apoyado en la frase del psicólogo venezolano Carlos Saúl Rodríguez “Todo en la
Vida es Cuestión de Actitud”.
En
conclusión, si no hay interrogantes y compromiso no hay coaching, porque estas
son las bases y es un proceso que parte de
la constatación de tener un objetivo que se quiere alcanzar, sabemos que
tenemos que hacer algo, pero ignoramos que y como, el coach es el profesional experto
en acompañamiento, que utilizando una reticularidad de habilidades logra que el
cliente tome conciencia a través de sí misma de todas las fortalezas que tiene,
pero que no sabe cómo usarlas, y es el coach quien facilita este hecho,
permitiendo así a través de este proceso que el coachee visualice su situación
actual y una situación futura deseada, porque los seres humanos estamos en plena conexión con el mundo, con nosotros
mismos y con el entorno más próximo el cual llega a influenciarnos.
El
coaching se ha posicionado en ser una necesidad estratégica inclusive en las
organizaciones del siglo XXI, el
coaching tiene muchas definiciones y en ese amplio abanico de definiciones se dice que es una
ciencia como también un arte, es un camino para superar limitaciones, que
permite al cliente tomar acciones que lo lleven a ser una mejor persona, más
productiva y más completa logrando alcanzar y ejercer los cambios que necesita,
el coach no posee un rumbo prefijado sino por el contrario lo va descubriendo
junto con el cliente.
El
profesional del coaching, en algunos casos asumirá diversos roles que son
afines como por ejemplo el rol de
periodista, en otros el de formador y en otros el de psicólogo, y existirán
ocasiones donde participara de una manera directa como también dejara ser `pero
siempre dirigiendo el proceso, porque eso es el deber ser.
Referencias
Bibliográficas:
- Dilts, R. (2004) Coaching Herramientas para el cambio. Urano. (Herramientas de Programación Neurolingüística).
- Miedaner, T. (2000) Coaching para el éxito. Conviértete en el entrenador de tu vida personal y profesional. Barcelona: Urano. (libro de autoayuda)
- Launer, V. (2008) Coaching. Un camino hacia nuestros éxitos. Madrid: Pirámide. (fundamentación teórica, enfocada al Coaching ejecutivo)
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