jueves, 9 de julio de 2015

EL COACHING COMO HERRAMIENTA DE APRENDIZAJE EN LA GENERACION DE CREENCIAS

Judith Rodríguez
Marluis Brizuela
Milagros Mirabal
Zulimara Bohórquez
José R. Aponte

El Coaching es una herramienta de aprendizaje utilizada en el campo del desarrollo de la vida, que abarca entre otros contextos los ámbitos: Personal, Profesional, Organizacional y Empresarial; constituyéndose como una eficaz herramienta en el camino utilizado para  la transformación de la conducta del individuo para lograr un estado de bienestar deseado.

Según el modelo de niveles neurológicos Dilts (1989) la vida de cualquier individuo dentro de un sistema, así como la vida del propio sistema, pueden ser descritas y entendidas sobre la base de una variedad de niveles, que abarca los correspondientes al entorno, el comportamiento, las capacidades, los valores y las creencias, la identidad y el nivel espiritual.

El Coaching es un modelo que centra su enfoque en el acompañamiento que se brinda al individuo (Coacheé), para que alcance a través del proceso de modificación de creencias, un estado de transformación de su conducta. La actuación consecuente de su capacidad para planear, sentir, coordinar, organizar, ejecutar y evaluar su comportamiento, representa un nivel de aprendizaje que lo conlleva al cambio deseado y por ende a una percepción distinta de la realidad inicial planteada.

Si entendemos que el comportamiento específico del individuo engloba las actividades, los procedimientos y las relaciones interpersonales, como plataforma  para la consecución de un objetivo, surge entonces la gran interrogante de ¿Qué y cómo hacer para lograr un objetivo y alcanzar un sueño?. "Todos tenemos sueños, pero para que éstos se conviertan en realidad hace falta una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo" así lo describe en un pensamiento Jesse Owen. 

A partir de este pensamiento el Coaching se constituye en un modelo, para que a través de la auto-reflexión, el individuo pueda concientizar y actuar, considerando que se le puede promover, motivar o estimular su percepción consciente de todos sus recursos y de todas sus habilidades que le permitan a su vez,  desarrollar sus propias competencias con el empleo de procesos claves y sencillos como el rapport (conexión entre Coach y Coacheé), la observación, la escucha activa  y la retroalimentación positiva entre otros. Todo ello dentro de una esfera que permita el reflejo de la conducta espejo derivada de la conexión entre el Coacheé y el Coach, siendo el coaching una  herramienta de aprendizaje y auto aprendizaje que propicia la manifestación del “insight” (el darse cuenta y comprender una verdad revelada a través del otro) potenciando este hecho la toma de consciencia para la  instauración de una nueva creencia.

Ahora bien,  para que esto ocurra, el individuo (Coacheé) debe acudir a su base personal construida sobre las creencias iniciales,  las cuales le orientaran a lo que debe o no hacer sobre el contexto situacional planteado que lo ubicara en una encrucijada derivándose de este proceso reflexivo  la decisión más acertada de conformidad a esta base.  De allí la importancia de los multifactores que intervienen en la regulación de su conducta y que norma las reglas sobre las cuales vive.  Normas que pueden liberarlo y potenciarlo para lograr sus objetivos y vivir de acuerdo a sus valores, pero que también pueden ser obstáculos “creencias limitadoras” que le impidan el logro de un objetivo o que en su defecto  le conlleven a adoptar una posición negativa ante el mismo,  de modo que si quieres saber qué es lo que cree una persona fíjate en lo que hace, no en lo que asegura creer.

Construimos las creencias basándonos en nuestras experiencias, luego actuamos como si fuesen la realidad y en cierto sentido son profecías que se auto-realizan. Por ejemplo si crees que eres una persona agradable, actuaras como tal, abordaras a la gente abiertamente, te mostraras sociable y disfrutaras con la compañía de otras personas. Estas a su vez te acogerán con agrado y eso reforzara tu creencia según los autores: O´Connor, J y Lages, A (2005).  Otro ejemplo,  es considerarte un individuo construido bajo un sistema de creencias rígidas, eso te hará ser un generador de conocimiento radical, ya que tu propio sistema te hará limitador para generar nuevos aprendizajes y creencias que incluso te convierten en un juez ante las adversidades que se te presenten.

Solemos pensar que las creencias están formadas sólo por las experiencias vividas,  ya que estas son un pensamiento sobre las cuales, el individuo  sostiene una certeza y su verdad,  pero lo contrario a ello, es cierto también,   porque son principios establecidos incluso desde la infancia,  a través de los mensajes parentales que se transforman en mandatos y/o introyectos (forma en que la persona desde adentro conceptualiza la creencia) o son provistas desde las experiencias vitales previas.

Considerando entonces, que las creencias modelan la conducta y cuando estas se establecen a muy temprana edad, conducen a radicalizarse profundamente en el inconsciente dificultando su cambio o reemplazo, el modelo facilitado por el coaching en el aprendizaje transformador consolida un poderoso proceso que promueve una experiencia global al individuo para aprender por medio de sus tres dimensiones (cognitiva, corporal y emocional) y no sólo desde su intelecto.  Por consiguiente,  en la interrelación de estos niveles donde se cambia por completo la relación enseñanza – aprendizaje, se le permite al Coacheé la posibilidad de ser el autor de su proceso de aprendizaje e integrarlo en su Ser para cambiar sus interpretaciones sobre sí mismo y sobre la realidad de su entorno.

El auto -  aprendizaje generará el cambio de conducta y justo en ello se basa el trabajo del Coach,  en facilitar los medios para que este se produzca y prevalezca. Por ello es que en la práctica,  el coaching apela a la plasticidad del individuo ya que los seres humanos somos maleables, es decir, que cuando se realiza un cambio, su estructura es capaz de conservarlo y “Aprende”.

El aprendizaje puede tener distintos significados en un individuo: crear, descubrir, aplicar, inventar, pero desde la perspectiva del coaching, es un sinónimo de cambio profundo, de aprender a aprender y de transformar un estado inicial a partir de la generación de un auto-aprendizaje, siendo vital para su logro revisar la matriz interpretativa, es decir,  las creencias sobre las cuales hace la interpretación, por lo cual “Si cambia sus creencias y cambia su actitud ante ellas, el individuo vera el cambio de su realidad” trascendiendo su perspectiva de vida producto de una nueva Consciencia de su entorno.

CONCLUSIÓN

EL coaching como herramienta de aprendizaje en la generación de creencias, se enfoca en acompañar al Coacheé a desarrollar nuevas conductas, utilizando para ello un modelo de observación, escucha activa y retroalimentación positiva con el cual estimular la acción de cambio. Por otro lado, la matriz de creencias con la que se desenvuelve su dinámica de ideas o pensamientos, limitara o potenciara su capacidad de éxito ante el universo de posibilidades que permitan el logro de sus objetivos. De manera que el coaching,  sugiere la constante revisión del sistema de creencias asumido para convertirlo en una herramienta potencial hacia el cambio y la transformación de la conducta que  lo conlleven al estado deseado ya que:

“No vemos jamás las cosas tal cual son, las vemos tal cual somos” (Nin Anaïs).
 
REFERENCIAS  BIBLIOGRÁFICAS
Dilts, R (2004). Coaching Herramienta para el Cambio. 2da. Edición. Ediciones Urano, S.A. España.
Nin, A (1934). Extractos de “Incesto: diario no expurgado” [Documento en línea: https://sites.google.com/site/escritoresmalditos/anaisnin]. [Consultado: 2015, Mayo 25].
O´Connor, J y Lages, A (2005).  Coaching con PNL (Guía práctica para obtener lo mejor de ti mismo y de los demás). Ediciones Urano, S.A, Barcelona España.
[Documento en línea: http://www.grupoesco.com/articulos/creeencias-y-aprendizaje]. [Consultado: 2015, Mayo 25]. 


viernes, 3 de julio de 2015

GUNG HO... PODEROSA E INNOVADORA Y HERRAMIENTA

Nicsael Luna
Pedro Rondón
Rafael Palacios

La dicotomía constante sobre lo que entendemos como verdad y falsedad, desde tiempos inmemoriales ha moldeado nuestras fronteras, ha delimitado nuestro sistema de creencias, y estas fronteras día a día se replantean pues nuestro conocimiento cada vez se hace más grande. Este proceso  se desarrolla de maneras distintas en cada individuo, pues es en la interioridad de su ser, donde se enfrentan las verdades que tiene establecidas para sí mismo y su sistema de creencias. Así pues, podemos afirmar con toda certeza que cada individuo percibe y siente al mundo a su manera, amoldándolo a su propia visión, comparando y estableciendo ideas en función de su propia gnosis. 

De la experiencia, se estable un sistema de creencias en combinación con un sistema de verdades establecidas el cual recibimos a través de la Educación e Instrucción que nos brinda el entorno; éste sistema puede actuar en situaciones particulares en nuestro beneficio y en otras, en nuestro perjuicio, pues nos impone barreras mentales, que nos conducen por la senda de  nuestra zona de confort, sin validar, sin cuestionar nuestras propias decisiones.

De igual manera, podemos ampliar tales conceptos, al expresar lo siguiente: Durante la Segunda Guerra Mundial, se pudo documentar que las estructuras más elementales de la mente, como lo es el instinto de supervivencia, en muchos de los judíos cautivos en los campos de concentración, pareció quebrarse, observándose la indefensión absoluta de estos durante sus propias ejecuciones. Algunos estudiosos en materia de las ciencias psicológicas, definen tal comportamiento como  “Indefensión Aprendida”, así, el ser  humano aprende o se le induce a comportarse pasivamente; percibe subjetivamente que no puede hacer nada, que es una situación que no tiene bajo su control, y por tanto, no responde a pesar de que existan oportunidades de afrontar la situación adversa, simplemente evita las circunstancias desagradables.

Durante el transcurso de la formación de nuestras estructuras mentales fundamentales, es decir, cuando somos niños, se nos dan muchas libertades, se nos da la oportunidad de vivir bajo un marco de limitaciones reales y no ficticias, y por tanto, percibimos el mundo como realmente es, sin filtros, y desde una perspectiva altruista si se quiere, pero, a causa de la experiencias, constantemente a medida que crecemos, se nos conduce a un estado de “Auto-indefensión” en el que a pesar de que tengamos un abanico de opciones para enfrentar nuestras situaciones adversas, aprendemos a que tenemos que aceptar nuestra situación tal cual como es, cerramos nuestra mente a cualquier posibilidad de mejora, nos decimos que sería un sueño dejar de ser o de estar donde estamos y pasar a convertirnos en lo que queremos ser.

Así, el Coaching se presenta como una herramienta útil para el beneficio de la humanidad, tanto a nivel colectivo como individual, para la exploración y explotación de las capacidades internas del ser para auto-realizarse bajo el marco de su realidad y verdaderas capacidades conducidas a su máxima expresión, bajo el acompañamiento productivo y alentador que éste produce en las encrucijadas de nuestro día a día; Por lo que el coach, actúa de manera puntual, ayudando a que el cochado devele las oportunidades escondidas en su subconsciente por las creencias limitadoras potenciadas por esa auto-indefensión para poder avanzar, el coach es un facilitador del empoderamiento del ser.

Por otra parte, la revolución industrial replanteó nuestra forma de ser y hacer las cosas, se puso de manifiesto que para satisfacer las cada vez mayores demandas del mundo se debía ser más eficaz, efectivo y eficiente, dejando de lado la labor del artesano y supliéndose ésta con máquinas especializadas para fines particulares, sin embargo, el ser humano se mantiene presente en labores clave, cabe decir, hasta tanto nuestro avance sobre la inteligencia artificial, termine por desplazarnos totalmente de las labores más simples. Así, la revolución industrial nos colocó en una nueva dimensión del trabajo en equipo, en aras de la concreción de intereses comunes para alcanzar el bienestar mutuo, abriéndole la puerta a lo que conocemos como “Gerencia”.

Las técnicas y herramientas de la Gerencia han sufrido una serie de transformaciones durante los últimos cien años, de las que podemos resumir que el gerente en un principio carecía de perspectiva humanista, viendo al trabajador como una máquina de ejecución de tareas, hasta pasar a una serie de cambios, evoluciones que concibieron el nuevo paradigma humanista de la gerencia, el cual se centra en edificar un ambiente productivo bajo la premisa de que el trabajador está primero y es éste la imagen más representativa de quienes verdaderamente somos y queremos ser como empresa.

El término del mandarín “Gongye Hezhoushe” o cooperativa industrial. Fue utilizado en China, a partir de 1938, para referirse a las operaciones industriales pequeñas que se estaban estableciendo en la China rural para sustituir a los centros industriales que habían sido capturados por los japoneses previamente. La frase fue recortada a los caracteres iniciales de las dos palabras, “Gung Ho”, que significa "trabajar juntos". Esta reducción se convirtió en lema para el movimiento cooperativo industrial. Al mismo tiempo, el teniente coronel Evans Carlson, de la Infantería de Marina, era agregado militar en la embajada de Estados Unidos en China a finales de los años 1930. En China, Carlson informó a ambas partes, las operaciones del ejército chino en el campo así como también la capacidad industrial del país y quedó favorablemente impresionado por las cooperativas industriales. Cuando regresó a los EE.UU. y posteriormente, la nación entró en la Segunda Guerra Mundial, Carlson fue nombrado comandante del segundo batallón de Marines Raiders. Recordando su tiempo en China, Carlson eligió Gung Ho como lema de su batallón de élite y para finales de 1942 fue ampliamente adoptado en todo el Cuerpo de Marines como expresión del espíritu  "puedo hacerlo".

Retomando lo expresado, al ampliarse y modernizarse las técnicas de Gerencia, a su vez, Gung Ho, se estableció como una filosofía para maximizar la explotación del potencial humano de los integrantes de un equipo de trabajo, derivándose en los ejemplos más simples de la naturaleza para aplicar sus máximas. Así, de acuerdo con los autores Blanchard y Bowles[1] el método Gung Ho debe atravesar tres fases esenciales, que son:

      I.        El espíritu de la ardilla (Squirrel). “Trabajo que vale la pena”.
a)    Saber que estamos haciendo que el mundo sea un mejor lugar.
b)    Todos trabajan hacia una meta compartida.
c)    Los valores guían todos los planes, decisiones y acciones.

    II.        El método del castor (Beaver). “Mantener el control para alcanzar la meta. Dejar que decidan para alcanzar la meta”. 
a)    Un terreno de juego que tiene marcado el territorio con claridad. 
b)    Los pensamientos, sentimientos, necesidades y sueños se respetan, se escuchan y se actúa al respecto.
c)    Capaces pero sometidos a un reto.

   III.        El Don del Ganso (Goose). 
Darnos ánimos unos a otros, felicitar a nuestros empleados aun cuando no hayan llegado a su meta, los felicitamos por su avance. “Todos se felicitan”

Sin embargo, aplicar Gung Ho en una organización o en un equipo de trabajo no es una tarea fácil a la postre, pues podemos deducir que si un individuo o grupo aun cuando convirtamos un ambiente de trabajo en el más armónico y motivante de todos, éste posiblemente no está en facultades de asumir el compromiso del logro, sean cualesquiera las causas que lo desmotiven, entonces, éste se convertirá en lastre de la cristalización de objetivos comunes. Es justo en ese momento, donde el Coaching toma el rol potenciador fundamental, para hacer que este individuo transite desde el estado de la negación al de la aserción, se percate de todo su potencial y canalice las vías idóneas para aflorarlo y aprovecharlo, convirtiéndose entonces en un elemento de empuje dentro del equipo de trabajo.

Muchas veces podríamos prejuzgar como coach, que el problema radica en el o los cochados, en su forma de afrontar las situaciones, pero no debemos apresurarnos a realizar juicios, pues ya estaríamos fallando como coach, sino más bien debemos profundizar en la realidad de los cochados y evaluar los orígenes de una situación negativa, que impide la concreción de sus metas. Es por tanto, que en una organización o en un equipo de trabajo, el Coaching se vuelve más complejo y se debe hacer énfasis en las diferentes metodologías y técnicas que debe emplear el coach dependiendo de la situación a enfrentar como acompañante en un proceso de transición.

Hay veces en las que en una organización podríamos encontrarnos con un “Ejecutivo Gaviota” como bien los describe jocosamente el autor Hunter[2] en su obra; que interfiere con los progresos de un individuo o grupo coachado, e incluso estando éste dentro del grupo cochado, y es cuando debemos de poner en práctica principalmente algunas de las observaciones planteadas por el autor Anwandter[3] sobre el refuerzo de la presencia del coach en Coaching ejecutivo, a lo cual, éste expresa, que a diferencia del Coaching de vida, en el Coaching ejecutivo, el “rapport” no es suficiente, por cuanto a este nivel, el acompañamiento tiene ciertas consideraciones especiales:

·                                [  No todos los ejecutivos estarán dispuestos a realizar el trabajo de coaching.
[  Los ejecutivos evalúan al coach desde la perspectiva intelectual y de su imagen.
[  Los ejecutivos evalúan al coach según su historial personal y de trabajo.
           [  Los ejecutivos esperan que su coach sea una persona exitosa y por tanto, esto les genera validación y confianza para realizar el trabajo.

Por lo cual, debemos entender que más allá de los atributos físicos, es la percepción que tiene el cochado sobre nosotros y por tanto, el trabajo de éste estará íntimamente relacionado con la medida en la que nuestra presencia influya sobre él.  De igual manera el autor hace una reflexión: “Nos gustaría mostrar lo mejor de nosotros, pero si lo hacemos, ya no seremos nosotros mismos y estaríamos fingiendo, pues cuando somos nosotros mismos, simplemente fluimos y no tenemos ese tipo de preocupaciones” Así, es de suma importancia el desarrollo y cuidado de nuestra propia identidad como coach y el reconocimiento de nuestras debilidades y fortalezas como individuo. 

Sabemos que un coach no da consejos, ni emite opiniones y mucho menos juzga lo que su Cochado le expresa. Usando la filosofía inicial como herramienta, se parte de la premisa de que el afectado y/o cliente es el único que tiene las respuestas. Para lograr este objetivo el coach plantea diferentes preguntas que ayuden a generar espacios de reflexión ampliar posibilidades a partir de los cuales saldrán las respuestas y acciones necesarias que ayudarán a lograr las metas. Preguntas poderosas que estén orientadas  evitar la justificación y no al problema las cuales estén centradas en el presente y en el futuro, y no en el pasado y son planteadas con un propósito definido y honesto.creando una transición integral del individuo o grupos cochados desde la perspectiva del Coaching ejecutivo y personal, así, habremos de garantizar la fluidez consecuente hacia el Gung Ho total, y por tanto habremos de presenciar cambios significativos, y mucho más importante, veremos como el individuo se reprograma así mismo y se conduce, siendo capaz de alcanzar sus sueños, alcanzar su estado de realización personal, mejorando las relaciones interpersonales y capacitándose para trabajar en equipo, evaluando diariamente todas las opciones que tiene, pues la vida es eso, la vida está repleta de toma de decisiones.


Referencias
[1] Gung Ho! Turn On the People in Any Organization (Kenneth Blanchard & Sheldon Bowles, HarperCollins Business, 1998)
[2] The Servant: A Simple Story about the True Essence of Leadership (James C Hunter)

[3] Coaching Ejecutivo de Líderes: Una visión desde el Coaching Integral ICI (Paul Anwandter , 2015)

miércoles, 1 de julio de 2015

RAPPORT: EL ARTE DE GENERAR CONEXIONES EXITOSAS

Merludis Castro
Mariela Delgado
Leonora Medina
Yamileth Orellanos
Berta Villasmil

 “Tacto es la habilidad de lograr que otro vea la luz sin hacerle sentir el rayo”.
Henry Kissinger.

Como coach debemos desarrollar la habilidad para crear conexión enfocándonos en lo que nos dice nuestro cliente, en esa comunicación lo importante no es lo que nosotros pensamos sino lo que él o ella necesita, lo que busca y las potencialidades que tiene dentro de sí mismo para encontrar una solución a cualquier situación, por lo tanto, el rapport es una sincronización que capta  las necesidades e intereses del otro.  Siendo una de las habilidades más importantes de un coach, y la forma más profunda de escuchar con atención.

En general, se considera al coaching como el arte de realizar preguntas pertinentes y oportunas y, de acuerdo con O'Connor y Seymour (1993) “conseguir la sintonía es la habilidad para provocar respuestas.” Esto es, Rapport,  sintonizar con la otra persona, estableciendo una conexión armoniosa para lograr una comunicación efectiva, de manera que nos sintamos cómodos escuchando y nuestro coachado se sienta cómodo siendo escuchado. Es por ello que, el Rapport puede ser descrito como un arte, el arte en la comunicación e interacción entre las personas.

A todos en algún momento, nos ha pasado que en cuestión de minutos sentimos una conexión con alguna persona, es una sensación agradable que nos invita a seguir conversando  porque nos sentimos cómodos y en confianza. En la Psicología y en la Programación Neurolingüística (PNL), este fenómeno se denomina “Rapport”. Esta palabra es de origen francés y su significado hace referencia a la capacidad de una persona de sintonizar con su semejante, más allá de la simple connotación de las palabras. Se trata de un vínculo de comunicación relacional, que nos permite desde nuestra realidad, “ver” y “entender” el punto de vista del otro.

En coaching, el rapport es una valiosa herramienta a través de la cual el coach, profundiza en el mundo de las emociones, pensamientos y acciones del coachado. Su objetivo es propiciar una relación de confianza y cooperación mutua con base en la sana comunicación, libre de prejuicios y marcada por una escucha activa hacía al coachado. Es la disposición consciente de generar una atmósfera agradable, sutil y confortable para nuestro cliente, estableciendo esa “química especial” que hace sentir al otro individuo comprendido, escuchado y atendido.

Por lo tanto, antes de sintonizarnos con otra persona, hemos de aprender a callar nuestra propia mente, evitando el dialogo interno,  los prejuicios y las pre-suposiciones de cualquier tipo, así como interrumpir lo que el coachado esta diciendo para emitir opiniones o cambiar el tema. Esta sintonía se basa en la escucha profunda, captar lo que no se dice, aquello que nos es comunicado de  manera no verbal, es prestar atención a la emoción, la entonación y la gestualidad; es lo que se encuentra detrás de las palabras.

Entonces, para establecer rapport con cualquier persona, no basta tener las más perfectas palabras, es indispensable manejar adecuadamente nuestro tono de voz y nuestra gestualidad, procurando un acompasamiento progresivo con nuestro interlocutor, aspectos como la respiración y la mirada son cruciales al interactuar con el coachado, siempre resguardando la concordancia entre el discurso y la gestualidad que le acompaña. Esto genera credibilidad y confianza, permitiendo la sintonía entre ambas partes y el desarrollo de esa bidirecionalidad de acercamiento sincero y fluido.

Probablemente, aún sin notarlo, hemos visto, presenciado y formado parte de este tipo de comunicación. El rapport es muy frecuente entre personas con gran afinidad, amigos, familia y parejas son ejemplos factibles de ello; si observamos en lugares públicos notaremos que este tipo de individuos tienen gran sincronía al comunicarse, evidenciándose por un fluido lenguaje corporal y una armonía tal, que hasta los silencios les resultan cómodos. Es común observar que dos amigos compartan gestos, palabras y expresiones, esto es producto de una fuerte sintonía como consecuencia de una afinidad natural entre ellos.

Escuchar a la otra persona haciendo centro en el o ella y, no en nosotros, es la clave al momento de establecer rapport, siendo así, es importante conocer cómo se relaciona nuestro coachado,  a través de los 5 sentidos. En la PNL cada persona dispone de un canal sensitivo predominante para entender el mundo y para relacionarse con las personas: visual, auditivo o kinestésico. Esto se manifiesta en la manera de actuar, pensar y hablar de cada individuo, ya que partiendo de su manera de filtrar la realidad de su entorno, éste creara su propio mapa, descifrar como nuestro coachado percibe el mundo es un gran primer paso para establecer rapport.

En el caso particular de las personas cuyo canal sensorial dominante es el visual; la  característica esencial es que tienden a pensar en “imágenes”, es decir, perciben y representan la realidad preferentemente en imágenes. Por lo tanto, en su comunicación utilizarán términos o palabras relacionadas con lo que ve: hablará de formas, de colores, de tamaños entre otras características generalmente visuales. Tendrá expresiones del tipo “me lo imagino…”; “lo veo así”; “al observar la situación me di cuenta…” 

Como coach, hemos de tomar en cuenta ciertas estrategias específicas que favorezcan la comunicación. Las estrategias con coachados visuales deben ir orientadas a conversaciones donde el coachado pueda  crear imágenes con facilidad; pero no cualquier imagen si no la que le haga ver donde está situado en el momento que busco el acompañamiento del coach y a dónde quiere llegar; Esto debería lograrse a través de las preguntas oportunas; tales como; ¿Cómo te ves en el presente?, ¿Cómo te visualizas en el futuro? De esta manera le será más fácil avanzar y comprender su situación y le facilitará la creación de planes adaptados al logro de sus metas.

Las personas que procesan la realidad, básica y predominantemente a través del sentido del oído, es decir los auditivos, suelen ser personas más tranquilas que las visuales, piensan en orden secuencial, una idea tras otra, una idea a la vez. Permanecen en constante dialogo interno, y recuerdan mejor lo que han oído en relación a aquello que han visto. En ocasiones, necesitan del silencio para pensar o procesar mejor la información.

Prefieren las instrucciones orales sobre las escritas y utilizan expresiones como  “Me suena”, “óyeme”, “me hace ruido”, así como onomatopeyas para explicar sus experiencias  “Y entonces hizo tin tin tin...”, “Y Bum se cayó al pisó”. También pueden incomodarles algunos tonos de voz, o algunos sonidos que interfieran con sus pensamientos. En el proceso de  acompañamiento a individuos auditivos,  debemos hacer preguntas tales como ¿De que te gustaría hablar en esta sesión?, ¿Cómo te suena esa idea?,

Las emociones y sensaciones tienen predominio en la percepción de las personas kinestésicas, es por ello, que las personas con estas características, necesitan tocar y sentir todo lo que les rodea, tienen desarrollado el sentido del olfato, del gusto, predominan los olores, sabores y sensaciones para relacionar su mundo externo e interno, usan palabras tales como, “me huele mal”, “estoy en contacto”,  “esto tiene un sabor amargo”, me siento triste entre otros, asimismo, tienden hablar de forma lenta y profunda.

Cuando están pensando sus ojos toman la  dirección hacia abajo, suelen tocarse cuando habla o tocan a la otra persona,  en virtud de ello, para conectarnos con este tipo de personas, como coach debemos adecuar nuestra forma de hablar, los gestos, para de alguna manera convertirnos en el espejo del coachado de una forma sutil, para así  crear un vínculo poderoso y con ello lograr un resultado efectivo para que fluya el entendimiento, para ello podemos emplear preguntas, tales como, ¿Cómo te sientes con la situación actual?, ¿Cómo te sentirás al lograr tu objetivo?.

Al establecer Rapport, el primer paso para establecer conexión con la otra persona, es percibirle, observar su forma de comunicarnos y no comunicarnos sus ideas y pensamientos, para luego crear ese puente de acompasamiento, un sutil efecto espejo que nos permitirá influir positivamente en nuestro cliente.  Lo primero que igualamos es su lenguaje no verbal, la postura básica que muestra la persona, la posición de sus brazos y manos y la inclinación de su cabeza. Es importante igualar, mas no imitar, lo segundo podría interpretarse como burla. Recordemos que Rapport es crear un ambiente cómodo para la comunicación. Una vez conformes con la postura, sintonizaremos el tono de la voz, es decir,  la velocidad y el volumen con la que habla la persona, la velocidad  viene dada por el canal sensitivo dominante de la persona. En este punto, podemos igualar el lenguaje, también inherente a su canal predominante.

Indiscutiblemente el rapport es una útil herramienta en todo proceso de comunicación, indispensable en toda relación coach – coachado. Sin sintonía no lograremos comunicarnos adecuadamente con nuestro cliente. No hallaremos las respuesta que el necesita, y que están en su interior, es decir que difícilmente lograremos desarrollar sus potencialidades. Siendo así, desarrollar la habilidad para sintonizarnos es preciso para todo proceso de coaching. Sin embargo, adquirir esta habilidad requiere practica y compromiso, debe tomarse con la seriedad necesaria, y perfeccionarse con cada sesión realizada.

Un buen ejemplo de rapport lo hallamos a lo largo de la película Patch Adams, donde el en su rol de médico y de payaso de hospital establece una conexión con cada paciente, mirando un poco más allá y haciendo sincronía para lograr cambios. En una escena Rudy, su compañero de habitación en el Psiquiátrico,  quien sufre un trastorno mental que lo hace imaginar que hay ardillas en todo la habitación, por eso no se levanta a orinar. Allí, Patch Adams sintoniza con su realidad y le ayuda vencer ese miedo irracional. ¿Que les parece? aquí, el link: 


sábado, 27 de junio de 2015

ESCUCHA ACTIVA: EL ARTE DE ESCUCHAR CON LOS CINCO SENTIDOS

 Mariany Ledezma
Romer Molina
Danela Pelucarte
Juan Lara

LA ESCUCHA ACTIVA, una fascinante herramienta que nos invita a poner en acción todos nuestros sentidos con la finalidad de poder captar completamente y comprender adecuadamente el mensaje que se nos transmite, dando como resultado una verdadera comunicación efectiva.

Desde nuestros primeros años de vida nos están invitando a escuchar para poder comunicarnos adecuadamente, a través de las normas del buen hablante  y buen oyente, pero jamás nos explicaron que la intención constaba de darle valor  justo, de respetar y  escuchar las ideas de las otras personas, con la finalidad de poder analizar, entender  y reconocer las ideas del comunicador, es muy común conseguirnos personas arrolladoras que no escuchan y al parecer su opinión es la que tiene peso sin importar la del prójimo, a parte que de lo egoísta y falta de respeto que resulta, pierde la verdadera esencia  de la comunicación, limitándola a su pequeño círculo de vida, restringiendo el abanico de opciones que pueden obtenerse de este maravilloso planeta. El escuchar nos permite establecer una relación, un canal de  confianza, nos permite ver sin límites las opciones que se nos presentan.

Actualmente la escucha activa se ha convertido en la mano derecha de muchos profesionales, como coach, psicólogos, vendedores, médicos, terapeutas, gerentes, etc., en donde cada uno de ellos a través de esta valiosa herramienta  tiene la capacidad de descubrir eficazmente las oportunidades o posibles soluciones que se presentan día a día y encaminarse hacia el verdadero camino del éxito.

Para lograr ESCUCHAR ACTIVAMENTE,  es indispensable aprender a vivir en el aquí y en el ahora, de instante en instante, para poder afinar los sentidos, durante la existencia surgen cuantiosas oportunidades que solo pueden ser tomadas por aquel que vive en el presente, la vida se compone de detalles.

De este modo se debe tener en cuenta que hay que vivir en plena atención, en una constante y continua auto-observación de nosotros mismos, hacernos conscientes de lo que pensamos, sentimos y el cómo actuamos; hay que dejar de soñar con los eventos del pasado y con un futuro incierto, es necesario dejar de  vivir fascinados con todas las tareas que la vida coloca para aprender (comúnmente llamados problemas).

Muchos accidentes ocasionados por factores humanos ocurren por una ceguera psicológica del individuo, debido a la falta de atención en lo que hace. “Órgano que no se usa se atrofia”, los sentidos deben ser ejercitados a través de una vida plenamente vivida: a la hora de comer, que sea únicamente a comer, saborear los alimentos; al bañarse, sentir el agua; al hacer cualquier actividad, disfrutar de la misma; pero sin meter de por medio la mente.

Todo es cuestión de tener una percepción perenne del presente que se vive de segundo a segundo, la forma más elevada de pensar es no pensar. Ejemplo: una persona que va caminando por la calle y no oye el saludo de un amigo que le pasa a su lado, porque en ese momento preciso se decía en la mente: por la tarde pagaré el seguro, mañana viene el contador…

Uno de los aspectos más importantes en la escucha activa, podemos considerar el tener un silencio completo (verbal y mental) y estar realmente en el momento presente cuando nuestro interlocutor nos habla. Vivir en el presente mientras la persona nos habla no solo es muestra de una buena educación y respeto. Sino que nos garantiza un mecanismo eficiente para poder conectarnos en lo que nos dice nuestro interlocutor, ya que así nos permitirá conectarnos no solo con sus palabras, sino sus sentimientos, preocupaciones, deseos por ser escuchado.

Existe una definición de estar en el momento presente, sin embargo llevarlo a la práctica resulta un tema complejo; ya que en muchas ocasiones nuestra mente está generando ideas, prejuicios, conclusiones, en fin una serie de razonamientos de lo que nuestro interlocutor dice.

En muchos casos nuestra mente puede estar divagando con acontecimientos del pasado o eventos del futuro, no permitiéndonos contemplar el arte maravilloso de escuchar y así aprovechar cada palabra, expresión no verbal, gestos que este nos manifieste y así movernos en “su mapa”, el porque está allí y de qué manera seguir avanzando positivamente en el acompañamiento.

Para poder ESCUCHAR ACTIVAMENTE,  es preciso poner alerta todos nuestros sentidos, con nuestro interlocutor, con la finalidad de no solo escuchar el mensaje verbal, sino el no verbal, el cual también tiene mucho contenido de importancia.
Es muy importante estar conscientes de muchos de los errores que cometemos cuando estamos escuchando por ejemplo:

·         No prestar atención al tono de voz, El tono de voz en un elemento que aporta un gran contenido al mensaje, ya que nos va proporcionar información muy valiosa sobre las emociones que está teniendo la persona cuando habla.
·       Meterse en la conversación de la otra persona, uniendo lo que dice el interlocutor con algo que nos ha pasado, o nos pasa a nosotros en nuestra vida.  Con el “yo…” o “a mí…”. O terminando de decir las frases que el interlocutor está transmitiendo.
·       Las posturas incorrectas a la hora de escuchar, una buena gestión postural implica mirar a los ojos, asentir con frecuencia, sonreír de vez en cuando al hablar y cuando nos hablan….
·   Distracciones con elementos del entorno, una buena escucha activa implica la continuidad con el tema de nuestro interlocutor y con la mirada centrada en él.
·       Realizar respuestas cortas o cortantes, es contrario a la escucha activa. significaría meternos en la conversación de forma brusca incluso a veces, interrumpiendo al interlocutor, adelantándonos a lo que va a decir. Así como realizar preguntas cerradas que impiden que nuestro interlocutor desarrolle sus ideas.
·         Los cambios bruscos de temas, Desviar repentinamente de tema para comenzar con otro que no tiene nada que ver.
·    Prejuzgar el mensaje de nuestro interlocutor, Interpretar su comunicado desde nuestro punto de vista, en vez de hacerlo desde su punto de vista. Dirigir la conversación hacia nuestros intereses, en vez de dejar que nuestro interlocutor nos revele sus pensamientos.
·        Pensar qué vamos a decir cuando nos toque hablar, en vez de concentrarnos en el discurso de nuestro interlocutor.
·     Reaccionar ante lo que creemos que son ataques emocionales por parte de nuestro interlocutor, tomando a lo personal lo que nos dicen.
·         Realizar una escucha selectiva, prestando atención sólo a las partes del mensaje que nos resultan interesantes.
·         Sermonear, mandar o reprochar a nuestro interlocutor.
·    Dar lecciones o aconsejar, aludiendo a nuestra experiencia para indicar lo que es bueno o malo.
·         Desaprobar, cuestionar o quitar la razón al otro.
·         Ironizar sobre el tema planteado.
·         Subestimar el mensaje que nos están transmitiendo.
·         Quitar importancia, a los sentimientos de la otra persona con expresiones como “no te preocupes por esa tontería”, “no te pongas así”, etc.
·         Contar “nuestra anécdota” cuando el otro está aún hablando.
·    Caer en el “síndrome del experto”, saber lo que debemos contestar cuando la otra persona no ha comenzado a hablar.

La práctica de ESCUCHA ACTIVA, se lleva a cabo a través de la OBSERVACIÓN, estando atentos a todo lo que nos emite nuestro interlocutor, gestos, sentimientos que expresa señales que nos indicaran cuando podemos tomar la palabra,  de esta manera logramos obtener la mayor información posible que nos den un clara visión sobre lo que él quiere decir y a través de la EXPRESIÓN, nuestro interlocutor debe captar por nuestra actitud que le estamos prestando atención. Es importante mantener el contacto visual y asentir con movimientos de cabeza. También debemos acompañar nuestros gestos con expresiones verbales: “claro, entiendo”, “ya veo”, “ah-ah”…

Existen varios elementos que podemos utilizar para demostrarle a nuestro hablante que realmente lo estamos escuchando como: Mirarlo a los ojos, acercarnos físicamente, tener una postura atenta, expresiones faciales demuestren atención (“interés”), movimientos de cabeza y/o manos en sintonía con el mensaje que nos trasmiten, reflejar en nuestro rostro la emoción del otro, verbalmente: Emitiendo palabras que demuestren nuestra atención y que estamos escuchando y entendiendo el mensaje, haciendo preguntas, repitiendo ocasionalmente los aspectos más destacados, recapitulando/resumiendo lo dicho.

Guiándonos en el correcto auto-conocimiento el estar atento con los cincos sentidos LA ESCUCHA ACTIVA, es una de las herramientas indispensable del coaching, para estar en la capacidad de ayudar en el proceso de cambio al coachado.

Recordando en primer caso que la función del coach es la labor de dar acompañamiento a su coachado para que transite el camino de su situación presente a la situación deseada y esto solo se alcanzará si realmente identificamos su estado actual.

Según la siguiente cita de Jean de la Bruyere: “Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca.” Nos muestra como escuchar resulta un arte que no todos estemos dispuesto a seguir. Una vez identificado el estado actual de nuestro coachado, podremos establecer la conexión y centrarnos en lo que desea y como conseguirlo.

Partiendo de lo que él nos comunique podremos identificar cuál es su sistema de creencias limitantes, para a partir de allí realizar preguntas poderosas y este pueda darse cuenta de los cambios que debe realizar y las acciones a tomar. Ya que la acción es lo único que le permitirá alcanzar sus objetivos.

Tener en cuenta que en cada sección del coaching tendremos en frente de nosotros la misma persona con circunstancias diferentes (por eso siempre tener en cuenta que puede atrasarse, permanecer o evolucionar en el proceso), y esto lo sabremos solo si escuchamos activamente sin “suponer” que él ha evolucionado. Sus gestos más allá de las palabras nos servirán de indicadores de cómo él/ella se expresa y que realmente nos quiere decir, por ejemplo si sus palabras nos indican “estoy muy bien en el área familiar” y sus expresiones son de tristeza (parpados superior caído, perdida de enfoque, extremos de labios caen ligeramente, entre otros) son quizás algunos indicadores más fuertes que sus palabras.

Al ESCUCHAR ACTIVAMENTE, logramos un verdadero clima de confianza para que los demás puedan ser sinceros con nosotros, la persona que habla se siente respetada y valorada, como también logramos el respeto hacia nosotros mismos, se logra tener efectos tranquilizantes y se facilita que se eliminen tensiones favoreciendo así una relación positiva con el interlocutor, llegando al fondo del problema y encaminándonos hacia el éxito. La ESCUCHA ACTIVA, debería ser más que una herramienta utilizada por profesionales para entender a los demás y encontrar soluciones a dificultades, debería formar parte del día a día de nuestras vidas, así como respirar, caminar, hablar, oír, si nos escucháramos más, tendríamos un mundo más respetado con menos problemas, mas valores y personas más FELICES.