Rosa Pérez
1.
Nueva Experiencia: El proceso se inicia con una experiencia
dentro del programa de aventuras que ha sido diseñada especialmente para
promover la aparición de determinadas situaciones vinculadas al objetivo que se
pretende. Esta primera experiencia se utiliza a modo de espejo para observar
las imágenes individuales y colectivas que darán cuenta de lo que allí acontece.
Por ser la etapa inicial allí es el momento de actuar, del jugar. Es la base
sobre la cual se estructuraran los pasos posteriores, se deben conceptualizar porque es importante
la experimentación, los estilos de aprendizaje del adulto. En esta primera
etapa se puede utilizar las técnicas de construcciones, creaciones, análisis de
casos, experiencias individuales y/o grupales, eso va a permitirle al
facilitador la elección de la experiencia, el re-encuadre, la aceptación de la
dificultad y el error del aprendiz como parte del proceso de aprendizaje.
2.
Reflexión Crítica: En esta etapa se relatan, comparten e intercambian las
vivencias cognitivas y afectivas que surgieron durante la experimentación. Gracias
al recuerdo inmediato de lo sucedido se abre el diálogo con el objeto de
reconstruir lo sucedido desde las múltiples miradas de los allí presentes. Con
la coordinación de un facilitador entrenado para este propósito se ingresa en
la exploración profunda de los significantes de la experiencia. Se busca responder
a la siguiente pregunta. ¿Qué paso? ¿Qué Sucedió? Es inmediata.
La reflexión crítica es
importante ya que en esa etapa se da la narración de lo acontecido. Las
técnicas que se pueden aplicar a la reflexión crítica serán las narraciones
racionales y emocionales del comportamiento individual o grupal, podrían ser
expresivas (Dibujos, Gráficos). El rol del facilitador será
una buena facilitación de la explicitación del conflicto cognitivo, contención
de las emociones que puede provocar la situación.
3.
Generalización y Transferencia: En esta etapa se trabaja en
la construcción de nuevos esquemas y modelos conceptuales e instrumentales que
partiendo de las vivencias narradas pueden dar nuevas y significativas
respuestas a los conflictos presentados.
El hacerlo permite la expansión del nivel de auto-conciencia del
participante, respecto de lo que piensa, siente y hace en relación a
determinada temática, sirviendo como punto de partida para la expansión de
habilidades específicas. La pregunta a responder en esta etapa es ¿Qué
significa lo que pasó, lo que sucedió?
Los fundamentos conceptuales
que aquí se pueden trabajar es la construcción de leyes o patrones predictivos,
acciones sobre el punto de bifurcación, el aprendizaje significativo, esto
ayuda al facilitador a construir un nuevo conjuntos de conceptos que le
permitan resolver los conflictos al aprendiz, tener el dominio de la habilidad para la construcción
conjunta de los conceptos, el conocimiento de los contenidos, tolerancia al
rechazo y frustración por alta angustia ante la dificultad.
4.
Aplicación: Una vez identificados los posibles
obstáculos y las capacidades individuales y colectivas se promueve la
elaboración del plan de acción donde se experimente con nuevas formas de ser
tendientes a obtener resultados diferentes y superadores. En esta instancia se
intenta responder la siguiente pregunta ¿Y ahora qué voy a hacer con lo que
descubrí?
La secuencia planteada de
práctica, podría ser a través de feedback y transferencia y eso facilitara los
nexos entre las experiencias y las situaciones cotidianas de aplicación y así
poder descubrir que voy hacer; en esta etapa se parte de la base que lo que no
se practica no se aprende, se debe realizar la verificación y ajustes de leyes,
hipótesis, modelos, conceptos, se deben realizar la concepción del error como
parte del aprendizaje, para dar con lo antes mencionado se pueden aplicar
ciertas técnicas como planes de mejora de la acción, ejercicios de interacción
y feedback, manifestación de compromisos y acuerdos de acción; todo eso ayuda
al facilitador a tener claridad en las consignas, hacer, hacer y motivar para
hacer, el aprovechamiento del error como parte del aprendizaje, la tolerancia a
la frustración por la acción; si esto es pasado por alto, el aprendizaje se
verá ensombrecido y a corto tiempo.
5.
Nueva Experiencia: Aquí cierra el ciclo con una nueva actividad
vivencial donde los participantes ejecutan el plan de acción que diseñaron en
la etapa anterior. A la luz de la nueva experiencia se analizan los resultados
obtenidos dentro de un segundo ciclo de aprendizaje. La cantidad de ciclos
dependerá de los requerimientos de cada programa y sus restricciones de tiempo.
Transformar una experiencia
recreativa en una experiencia vivencial implica caminar estas fases dentro de
un ciclo espiralado de aprendizaje y el facilitador es el responsable de
acompañar al grupo en este recorrido.
“No recibimos sabiduría;
debemos descubrirla por nosotros mismos luego de recorrer una travesía que
nadie más puede recorrer por nosotros”
Marcel Proust, escritor francés 1871-1922