Reina González
Gloria Ortiz
Jean Carlos Villalba
Realidad
proviene del latín realitas y
significa “cualidad relativa a la cosa verdadera o real” http://etimologias.dechile.net,
sin embargo diversas corrientes del pensamiento filosófico a lo largo de la
historia han planteado numerosas hipótesis sobre lo que significa la realidad,
desde el punto de vista ontológico se plantea la problemática de ¿Qué es lo
real detrás de la experiencia? y desde el punto de vista epistemológico se
refiere al conocimiento de la verdad.
Entonces
podríamos definir que la realidad es una abstracción humana de lo que se
percibe, y es allí donde entran en conflicto las corrientes de pensamiento
puesto que la percepción, varía de un individuo a otro, en torno a su
experiencia propia y desde su punto de vista.Lo que una persona puede percibir
de una forma; otra puede percibirlo desde una perspectiva diametralmente
opuesta. Si bien existen características, medibles, palpables y universales de
un mismo fenómeno, la cualidad que se le otorgue a dicho fenómeno, dependerán
de las experiencias previas que tenga el individuo que otorgue la calificación,
por lo cual, aseverar que una cosa es real, significa la posibilidad de entrar
en conflicto con otra persona que pueda tener una percepción distinta a la
suya.
Ante
esto es importante reconocer que en el proceso de codificación de lo que
percibimos como real, juegan diversos factores, sensoriales, neurolingüísticos,
perceptivos, subjetivos, interpretativos y de creencias que podrán otorgar
diversos significados a una misma realidad, es por ello que en el proceso de
acompañamiento de un individuo al logro de sus objetivos planteados se hace
sumamente importante, indagar, identificar y respetar, lo que la persona
describe como su realidad y centrarse en ella para poder conducirla a la situación
deseada, para ello es fundamental entender las siguientes premisas.
· La
realidad no es absoluta, existen matices dentro de una misma realidad.
· La
realidad es abstracta, viene dada por la interpretación que le otorgue el
individuo, lo que al mismo tiempo la hace subjetiva.
· Cada
realidad es diferente, inclusive una misma realidad, puede ser diferente a cada
individuo de una comunidad.
· La
realidad no existe, dada las contrariedades filosóficas que encontramos en lo
que es real, diversos pensadores se han planteado la posibilidad de que tal
concepto no exista.
Debido
a estos cuestionamientos se hace necesario adoptar en nuestra filosofía de vida,
un pensamiento flexible, que nos permita comprender que existen situaciones que
no son necesariamente como las percibimos o que no existe tal cosa, sino que es
meramente una interpretación cualitativa, que debido a nuestra experiencia
previa y sistema de creencia le hemos otorgado, esta premisa nos permite
preguntarnos, ¿Qué tanto cuestionamos los hechos, que presenciamos, las cosas
que leemos y la información que percibimos? Inclusive de qué manera podemos
replantearnos situaciones pasadas o presentes que hayan tenido un impacto
negativo en nuestra vida y otorgarle una cualidad positiva a ese hecho, para
poder trascender de él. Para ello es necesario indagar en nuestras creencias
propias e identificar aquellas que nos limiten nuestro propio bienestar.
Una
creencia es el sentimiento de certeza sobre el significado de algo. Es una
afirmación personal que consideramos verdadera. Las creencias, que en muchos
casos son subconscientes, afectan a la percepción que tenemos de nosotros
mismos, de los demás y de las cosas y situaciones que nos rodean.
Las
creencias son una fuerza muy poderosa dentro de nuestra conducta. Es bien
sabido que si alguien realmente cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree
que es imposible hacerlo, ningún esfuerzo por grande que éste sea logrará
convencerlo de que se puede realizar.
Las
creencias las adquirimos desde pequeños y son guardadas en aquellos recuerdos
que más impacto emocional tuvieron en nuestra vida, como los traumas o nuestros
momentos más felices. Constituye una especie de depósito de la memoria
emocional en nuestro cerebro, para luego ser utilizados y activados según
nuestras necesidades. Nuestras creencias acerca de nosotros mismos y de lo que
es posible en el mundo que nos rodea tienen un gran efecto sobre nuestra
eficacia cotidiana.
Todos
tenemos creencias que nos sirven como recursos (Creencias Potenciadoras) y
también creencias que nos limitan (Creencias Limitantes). Las primeras nos
ayudan y potencian la confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades,
permitiéndonos afrontar con éxito situaciones complejas. Las segundas nos
restan energía y nos inhabilitan para afrontar determinadas situaciones. Si nos
creemos incapaces de aprender o consideramos que ya pasamos el período de
nuestra vida en el que nos era fácil aprender cosas nuevas, estaremos
bloqueando cualquier oportunidad de desarrollar nuevas competencias y habilidades.
También puede ocurrir que nos cueste mucho esfuerzo aprender muchas
habilidades, porque al adquirirlas fácilmente nos quitarían la razón a nosotros
mismos (confirmamos nuestra propia creencia).
Para
conseguir un pleno control de nuestra vida, debemos conocer cuáles son nuestras
creencias esenciales, cambiar aquellas que nos están limitando (Creencias
Limitadoras) y resolver los conflictos que pueden existir entre distintas
creencias. Podemos substituirlas por Creencias Potenciadoras. Cuando somos capaces
de ver nuestras sombras y aceptar nuestras partes somos capaces de poner luz a
nuestro camino, es decir, debemos romper los paradigmas metales, para así dar
importancia de conocer nuestras creencias.
Las
personas creen algo con respecto a lo que oyen, ven, viven, hacen y pueden
decir las mismas palabras a muchas personas, y cada una entender cosas
distintas, porque cada uno tiene creencias distintas.
Es
por ello que, las creencias se sustituyen no se eliminan debido a que nuestro
cerebro es incapaz de sentir el vacío. Todo es un proceso de cambio desde que
tenemos una Creencia Limitante hasta que la convertimos en Creencias
Potenciadora. Eso favorece la Actitud Positiva y desarrolla nuestra Actitud
Proactiva para alcanzar nuestros éxitos.
Revisar
nuestras creencias, identificarlas y sustituir aquellas que nos limiten, supone
hacer cambios maravillosos en lo que percibimos como nuestra realidad, si te
sientes inconforme con tu realidad actual, reconoce la creencia que tienes de
la misma, identifica su origen, cambia la percepción negativa que tienes de ese
hecho por una positiva, introduce una creencia nueva y potenciadora, y
transfórmate en el ser que realmente quieres ser. Recuerda que eres dueño
absoluto de tu realidad, porque es únicamente tuya, por lo tanto tienes el
poder en tus manos de transformarla y conducirla a donde quieras, en pro de tu
bienestar.
Cuestiona
positivamente la información que llega a ti a través de tus sentidos hasta
encontrarle un valor que sea constructivo, no se trata de auto-engañarnos, se
trata de poder ver desde diversas perspectivas una situación que pudiera ser
destructiva y reconducirla a una más positiva, no negándola sino observando que
aspectos positivos pudiera esconder.
Ese
cambio en nuestra forma de percibir nuestra realidad es más que suficiente para
transformarla y acercarla a una más sana para nuestro bienestar emocional,
recuerda que somos lo que pensamos, pensamos sobre lo que percibimos y nuestra
percepción define nuestra realidad.
Te
invito a que observes tu realidad actual, y te visualices en tu realidad
deseada, luego indaga en ti mismo, que creencias te permiten percibir esa realidad
tal cual la percibes y cuando te encuentres con aquellas creencias que no se
vean alineadas con tu realidad deseada, identifica de donde provienen y procura
sustituirla por una creencia nueva que sea capaz de acercarte al lugar donde
quieres estar. Asume el reto y el compromiso de cambiar tu vida cambiando el
modo en que la percibes y veraz como cambios maravillosos se comienzan a
cristalizar, al menos desde tu óptica. El protagonista, director, y guionista
de la película de tu vida eres tú mismo.
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