Dr.
Francisco Valdivieso Arcay
valdipe@gmail.com
@Eduexpven
El Coaching Ontológico podríamos decir, que es un
paradigma diferente, un contexto distinto de abordar la solución de situaciones
problemáticas, de algo que no se mueve como deseamos, de alguna situación que
por no operar como se necesita es preciso detener o a veces de algo que por
desconocido no sabemos qué o cómo hacer con él.
Estas diversas situaciones, todas
desestabilizadoras en lo organizacional y también en lo personal, requieren
posesionarse de un aprendizaje para alcanzar un cambio sustantivo, que en
definitiva podrá encauzar un camino más
certero hacia el logro de los objetivos. El coach ontológico es justamente
quien se encarga de esa peculiar y sustantiva tarea, no es el que le dice a las
personas lo que tienen que hacer, no es quien presiona soluciones o maniobras,
tampoco aconseja panaceas que remediarán por si solas las situaciones, bajo
ningún concepto exhorta ni recomienda acciones desde su particular óptica. Ese
no es su carácter, no es su condición actitudinal, en fin esas acciones y
maniobras no están en su repertorio. Su función está en explorar, hacer las
preguntas claves para desentrañar las situaciones, su compromiso es ofrecer
espacios para las interpretaciones generativas, su desempeño es acompañar la
producción respetuosa de modelos
mentales que permitan desarrollar una nueva mirada a favor del descubrimiento
de nuevas acciones y posibilidades; y acompaña ese diseño de acciones con el
exploración de opciones que faciliten el acceso a los resultados buscados.
El Coaching Ontológico es una
disciplina profesional que pudiéramos denominar por lo novedosa, “emergente” que
tiene como misión esencial la asistencia a las personas y organizaciones para que
puedan conseguir resultados, que tal vez sin la intervención de un Coach, no
podrían lograrse por si solas.
El Coaching Ontológico surge de una plataforma
filosófica y científica, en virtud, que los seres humanos siempre intentaremos
obtener resultados que están yuxtapuestos o asociados al dominio del “tener”
pero que serán dependientes de las acciones que tomamos, que podríamos
denominar el dominio del “hacer”. Al final, en un enfoque humano, las acciones
que tomamos están intrínsecamente en correspondencia con la forma en que nos
observamos a nosotros mismos y observamos el mundo, lo que incuestionablemente
concierne al dominio del ser, lo que implica la dimensión de lo ontológico.
Ese es el carácter del Coaching con visión
ontológica, porque se ocupa elementalmente en el dominio del
ser, originando cambios en el tipo de observador que es la persona. Una vez
estos cambios fueron hechos en la persona, a partir de ella misma, su
perspectiva se acrecienta, se convierte en un observador diferente y tiene por
supuesto, posibilidad para tomar decisiones y acometer acciones diferentes,
logrando resultados nunca antes alcanzados por ella. Se produce un cambio
ontológico en la persona y sus paradigmas, sus patrones de interpretación y el
análisis de las situaciones.
En
el plano operativo, se podría iniciar la reflexión de su praxis desde la óptica
de distinguir dos principios básicos de la Ontología:
En
primera instancia, no sabemos cómo son
las cosas, es decir, sólo sabemos cómo las observamos o cómo las interpretamos,
lo que en definitiva puede derivar en el hecho de que vivimos en un mundo interpretativo.
Eso implica reflexionar en relación a la premisa que el lenguaje no es
inocente, en virtud, que toda interpretación determina una acción posterior que
induce a la apertura o cierre de posibilidades en la vida. Dentro de este
contexto, se entiende que el poder de las interpretaciones faculta la acción
para transformarnos a nosotros mismos y el mundo en el que vivimos.
El
segundo principio expresa, que no sólo operamos de acuerdo a cómo somos, sino
que también somos de acuerdo a cómo actuamos. La acción genera ser (dimensión
ontológica), vale decir, uno es de
acuerdo a lo que hace. Una disquisición sobre este principio pudiera dirigirse
hacia el análisis que a partir de la observación de la forma en que un
individuo actúa, el Coaching Ontológico puede intervenir para cambiar la forma
de ser. En este caso la acción que
produce es una diferente y da como
resultado un ser diferente. Esto permite moverse en otra dirección y dejar
atrás antiguas formas de ser. El Coaching Ontológico permite este tránsito.
Para
avanzar hacia la concreción de premisas operativas que tienen que ver con la
“intervención” del Coach dentro del contexto ontológico, podríamos concluir preliminarmente
que visto desde su aplicación el Coaching como proceso de interacción tiene
como marco teórico la Ontología del Lenguaje, que nos proporciona una nueva
interpretación de lo que simboliza el ser humano, de allí su calificación de
Coaching Ontológico, expresado en la práctica
como un modelo de transformación y aprendizaje aplicable con manifiesto éxito
tanto en la vida personal como en el ámbito de las organizaciones.
Este
modelo nos permite advertir en profundidad cómo actuamos, cuáles pueden ser nuestros
logros y fracasos, dónde podrían nuestras dificultades, cómo deberían ser nuestras
interrelaciones. En otras palabras, contribuir comprender
significativamente a mejorar nuestra existencia como seres humanos, y por ende
a las organizaciones a las que pertenecemos o en donde prestamos nuestra labor
profesional, en virtud que, el Coaching Ontológico parte del principio
primordial de entender que las acciones que cada persona es capaz, o no, de
realizar determinan los resultados que obtiene en lo individual y colectivo.
Los elementos operativos del
Coaching Ontológico entonces están acordados a través de una relación entre Observador,
Acción y Resultado, en un proceso de intervención consciente y establecida de
común acuerdo entre Coach y Cochado.
En
esta dimensión operativa la intervención del Coach Ontológico, ayudará a la
persona a convertirse a sí mismo en un observador distinto, orientándolo hacia
un nuevo modo de actuar, y consecuentemente hacia una nueva modalidad de ser.
Teniendo como base dos
procedimientos de potencialidades muy eficaces
como son: por un lado, la observación de las acciones del Cochado, y
sobre la base de un conjunto de habilidades conversacionales, el Coach facilitará
el camino hacia un nuevo aprendizaje revelando los obstáculos, limitaciones o
“quiebres” como usualmente se denomina en el ámbito del Coaching; que obstruyen
en la concreción de los resultados previstos, y que por no haber sido advertidos
dentro de la cotidianidad no es posible avizorar sus posibles soluciones.
Generalmente los resultados y beneficios del Coaching Ontológico derivan
en dimensiones que se expresan en escenarios
positivos como los que se muestran a manera de ejemplo a continuación:
- Coordinar acciones para alcanzar objetivos con efectividad.
- Anticiparse al problema y diseñar un futuro diferente al asumido
como seguro.
- Ser un observador diferente de sí mismo y del entorno.
- Establecer una relación diferente con la acción.
- Decidir qué tipo de vida quiere, salir al mundo y concretarla.
- Transformar conductas reactivas, haciéndose cargo del futuro.
- Diseñar conversaciones que abran nuevas oportunidades y concreten
posibilidades.
- Diseñar conversaciones para la acción que produzcan resultados
extraordinarios que antes parecían imposibles de alcanzar.
- Generar un modelo que logre trasformaciones profundas en las
culturas organizacionales.
- Desarrollar una estrategia de liderazgo diferente.
- Promover contextos de confianza para lograr equipos de alto
desempeño.
A manera de colofón, apuntamos a culminar expresando que el
Coaching Ontológico es una dinámica de transformación mediante la cual las
personas y organizaciones revisan, desarrollan y optimizan sus formas de estar
siendo en el mundo donde el crecimiento acontece en el dominio del Ser, a
través de un aprendizaje transformacional que cuestiona en qué medida los modos
tradicionales de percibir e interpretar interfieren con la efectividad en los
procesos, aprendizaje donde las personas y los equipos revisan sus patrones de
conducta y comportamiento habituales, para comenzar a operar con mayor
creatividad, protagonismo y proactividad; generando competencias emocionales,
del hacer, del pensar y de la comunicación.
El Coaching Ontológico es un
proceso cardinalmente liberador de las creencias condicionantes que nos
limitan. Nos vincula con nuestros recursos y con nuestra capacidad de
intervenir, logrando mayor bienestar y efectividad en el logro de los
resultados que nos importan.
La intervención de un Coach
en su dimensión ontológica, intenta desarrollar actitudes y las aptitudes para
generar nuevas ideas, para crear nuevas posibilidades, para descubrir nuevos
significados, para concebir nuevos caminos, para encontrar nuevas conexiones,
ya sea en el nivel individual, laboral y social. Es poder "desacoplar"
lo que nos resulta seguro y conocido, para iniciar un
"desplazamiento" regiones que "aún no exploradas", para
atreverse a diseñar un “porvenir” acorde a nuestras inquietudes.
Es una disciplina que surge
como un intento de hacernos cargo de las incongruencias que se observa en las
organizaciones actuales, donde parece existir un binomio complejo entre “alta
efectividad con altas dosis de sufrimiento”; “especialización técnica junto a contextos
de trabajo dominados por la desconfianza”; “altas potencialidades tecnológicas
y de recursos para enfrentar el futuro, acompañados de resignación”.
El Coach Ontológico delibera,
con respeto por supuesto, las formas en que las personas y los equipos perciben
sus realidades y situaciones para permitirles cambiar estrategias que se han
tornado estáticas, que posiblemente tuvieron en el pasado buen resultado, pero
ahora pudieran estar comprometidas en términos de logros efectivos, ofreciendo
nuevas alternativas de “ser y hacer” que sean más eficientes para lograr los
resultados deseados.
En suma, se apunta a lograr
una mayor certidumbre y bienestar y para eso, es preciso cuestionar las arcaicas
formas de pensamiento, para aprender cómo practicar "un nuevo juego",
cómo ampliar la capacidad de "ver y pensar”, cómo generar nuevas
posibilidades de acción, y obtener resultados que, previos a la intervención de
Coaching Ontológico, podrían haber sido impensables. A este respecto la frase
que a continuación se presenta, dibuja con capital precisión el contexto en el
cual el Coaching Ontológico opera.
“Si
tu mente está llena de conocimiento, estás siempre preparado para nada. Si está
abierta, como la de los principiantes, estás disponible para todo. En la mente
de los principiantes están las mayores posibilidades; en la mente de los expertos
hay pocas”.
S. Suzuki