lunes, 30 de julio de 2018

EL COACHING NO ES SÓLO CONVERSACIÓN…

Dr. Francisco Valdivieso Arcay

Los que hoy abrazamos al Coaching como la disciplina de desarrollo del talento humano de mayor desarrollo en los últimos 50 años, comprendemos que el fundamento en sus primigenios orígenes se radicaron en el proceso conversacional. Pero hoy esta generalidad, que no ha dejado nunca de tener el peso específico como en sus inicios,  cuando se ha transitado una considerable etapa de ese camino epistémico, se impone nuevas la evolución en sus la evolución maniobras y estrategias para movilizar la disciplina.
No hay duda que frases tan inteligentes como: “el lenguaje constituye al ser humano”, “el lenguaje es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos”, “somos seres que vivimos en el lenguaje” entre otras, dominan la escena del Coaching desde tiempos remotos, y en efecto son frases ciertas y certeras sobre qué es Coaching porque somos seres sociales y el lenguaje es el espacio natural compartido desde el cual construimos y compartimos nuestras vivencias.

Pero quedarnos inmovilizados estrictamente en esos conceptos y principios rectores puede sin intención,  ser un obstáculo que por momentos apunte a la posibilidad de interrumpir la búsqueda de novedosos caminos para dinamizar el ejercicio profesional del Coaching. En este punto podríamos decir, que la habilidad primordial es justamente el lenguaje, pero entran en juego igualmente el pensamiento, que si bien no es una actividad lingüística utilizamos el lenguaje para activarlo, y está en un plano también privilegiado el sentir que estimula nuestro acervo creativo.
El párrafo anterior, indica que aún siendo imprescindible, no vivimos exclusivamente en el contexto lingüístico sino que existen aspectos de la experiencia, que siendo de la intimidad más significativa,  no pueden expresarse a través del lenguaje. El lenguaje es ineludiblemente útil, pero no es la totalidad. Entonces si nos acogemos a una perspectiva dinámica del desarrollo de una práctica efectiva del Coaching, hay muchos procedimientos y maniobras a las que podemos apelar para agilizar su ejercicio que redunde en resultados que marquen la diferencia. Esas operaciones es que lo que llamamos Herramientas.
Confieso que yo hago uso permanente de ellas, soy de los que piensa que proceso de intervención o acompañamiento en Coaching  que proyecte basarse de manera exclusiva en el lenguaje puede atravesar por el riesgo de quedar atrapado en espacios restringidos e insustanciales, o caer en la monotonía de permanecer en la monotonía de la conversación irrelevante. Por eso reivindico el uso de Herramientas, porque en mi práctica del ejercicio del Coaching en términos personal o colectivo, me reportan un dinamismo que la sola conversación no provee.
No quiero que se entienda con lo expresado hasta ahora, que los Coaches que no utilizan Herramientas son menos competentes que los que si lo hacen, no se trata de crear una distinción categórica entre quienes las aplican y quienes no lo hacen, ni mucho menos “satanizar” a quienes no les gusta hacerlo. Pero en mi ejercicio que inició sin su utilización y que ha evolucionado en la práctica hacia su aplicación, advierto la diferencia en el momento en que por intermedio de una Herramienta un Cocheé accede a dejarse acompañar y verbalizar su meta  de forma más fluida, o un voluntario sale a la palestra a expresar sin temores su opinión cuando antes prefería quedarse en el anonimato.
Son esos momentos en los que doy infinitas gracias a las Herramientas, porque de una manera organizada y contextualizada se activan espacios y acciones en los que el Cocheé se deja retar y nos muestra los puntos fuertes o débiles que lo aproximan o lo alejan de esa meta lo cual termina siendo medular para poder  tomar consciencia de sus circunstancias.
El Coach entonces plantea su uso a manera de propuesta (nunca las impone) para desencadenar un proceso para que el Cocheé se re-plantee sus enfoques, gestiones, inclinaciones, tendencias y juicios. También para que examine sus creencias y clarifique dónde está y dónde se quiere posicionar. A mi juicio, todo esto es posible que suceda, cuando le sumamos a ese proceso comunicacional que define al Coaching, la magia de las Herramientas.
Pero tampoco caigamos en el “chauvinismo” de creer que las Herramientas  son varitas mágicas que siempre darán resultados positivos, que son infalibles o que harán que todo se resuelva conforme nuestros deseos. Ojalá fuera tan fácil, y que con su utilización nos transportáramos a un lugar donde el Coach emergiera como una especie de hechicero que logra por arte de magia abrir un sinfín de perspectivas nuevas de posibilidades para su Cocheé.
Pero mi práctica se ha abierto a nuevos y desconocidos senderos gracias a la utilización consciente de Herramientas que ponen en juego además, contextos más amenos en el ejercicio del acompañamiento. Y después de observar, entender y poner en ejecución toda esta magia, es que he podido ser observador de su poder resolutivo que ha ayudado significativamente a mis Cocheés a re-crear  para que el futuro llegue a transformarse en un ahora y un presente.
Más adelante seguiremos escribiendo algunos artículos para profundizar en tan apasionante tema. Espero que este sea de utilidad reflexiva.

lunes, 23 de julio de 2018

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA EN LA CREATIVIDAD

Dr. Francisco Valdivieso Arcay


Todos los seres humanos tenemos la capacidad de utilizar la experiencia como fuente inagotable de producción y re-creación de conocimientos. De la misma manera, poseemos la posibilidad de emplear la creatividad para imprimirle a esa elaboración y re-creación de saberes nuevas características que trasciendan a su manejo cotidiano.



Es esa la razón por la cual surgió la motivación de escribir este artículo, cuyo propósito esencial se dirige a que reflexionemos acerca del valor que tiene articular la experiencia aglutinadora del conocimiento acumulado, con la creatividad contingente que surge de la aspiración de darle a ese conocimiento un nuevo alcance.

Podríamos iniciar por decir, que la experiencia creativa es aquella que nos da la oportunidad de observar lo que usualmente vemos,  desde una representación diferente, hay que comprender en este punto inicial que no se trata de observar un objeto o un fenómeno como si se tratara de otro cosa, se trata de transformar el foco desde donde lo que vemos.

El párrafo anterior parece una suerte de juego de palabras o de galimatías, pero la idea expresada en él encierra la pauta o regla primordial para operar la el acto creativo con la asistencia de la experiencia. ¿Sobre qué base funciona? En el hecho que naturalmente es imposible observar con capacidad transformadora lo que no poseemos en nuestra mente. Pero si echamos mano a nuestras experiencias, y le vamos poniendo rostros conocidos a ese vacío que tenemos en nuestra mente, o en nuestro conocimiento, la capacidad de transformarlo por medio de la creatividad comienza a ser posible.

A título de ejemplo, es lo que usualmente nos sucede cuando discutimos y defendemos nuestra posición ante otro que posee una diferencia sustancial acerca de algún tema.  Para argumentar nuestro parecer, desplegamos los “mapas mentales” que expresan las diferencias con el contrario y lo único que buscamos es satisfacer nuestro ego de “ganar”, “apabullar” o “descalificar” al oponente. Esto puede ser muy gratificante si logramos imponernos sobre el antagonista, pero lo que si va ser imposible que pueda suceder, es que trascendamos hacia espacios más creativos y útiles para utilizar nuestros elaborados y preciados argumentos.

¿Qué quiero expresar con este ejemplo? Que el ego y los esquemas de pensamiento fijo, se van convirtiendo en nuestros mayores obstáculos y lastres para desarrollar una mente creativa e intuitiva, por el simple hecho de no articular lo que sabemos con algo de la experiencia que hemos vivido  desconociendo que este tipo de conexión  es una información directa y no filtrada por la mente, la intuición es muy sabia y nos apoya. Nuestra inteligencia experiencial y nuestro instinto creativo son dos factores de la misma ecuación para transportarnos hacia aquello que deseamos.
Esto nos hace reflexionar, que nuestro propio cerrojo mental, las creencias limitantes, los juicios apriorísticos, las etiquetas, los miedos a salir de la zona de confort, las perspectivas rígidas, las resistencias a los cambios y por ende abrir espacios para aprender algo nuevo, la actitud de  “yo ya sé todo”, y como colofón no usar nuestros contextos experienciales,  nos coartan la posibilidad para que ensanchemos nuestros focos de atención y, por supuesto, nuestra propia capacidad creativa.
Todas estas reflexiones vinieron a mi mente, después de haber administrado un Taller de “Herramientas de Creatividad para Coaches”. Rememorando las incidencias y experiencias que quedaron de la interacción con los participantes, se fue creciendo el germen para escribir este artículo.
Estoy seguro entonces, que la Experiencia y la Creatividad tienen un gran futuro como aliados equivalentes en la construcción de nuevo conocimiento y en la construcción de nuevas conexiones y usos del conocimiento ya existente. Por esa razón les apunto unas ideas que a manera de reflexiones pueden servir para asumir esta productiva simbiosis.
§  Es necesario salir de la zona cómoda de la cotidianidad para y de vez en cuando darse una zambullida en experiencia para obtener aprendizajes novedosos y prácticos. El mundo se está convirtiendo rápidamente en una manufactura creativa, es entonces razonablemente necesario tener una relación directo con proyectos creadores.

§  Una que otra vez, desobedece las reglas para no quedarte entrampado en el camino de la rutina, evita las acciones repetitivas,  arriésgate a hacer algo diferente sin calificarte, analizarte, examinarte o juzgarte y reflexiona que resultados obtienes.

§  Recuerda que la creatividad aparece y fluye cuando estamos en espacios menos convencionales.  Visita de vez en cuando lugares que no son comunes para ti, y en ellos relaciónate con gente de otras profesiones, oficios y visiones diferentes a la tuya. Eso  reforzará perspectivas que nos pueden ayudar a ser más creativos.

§  Como educador, estimo como una experiencia muy enriquecedora y motivadora vivir nuevas experiencias “in situ”, conocer a los actores involucrados y posteriormente tratar de difundirlas.

  • Por último, permítanse ilustrarse cosas nuevas de personas que no conoces, ábranse, escuchen y aprendan por un día, salgan de la intolerancia, la rigidez y la severidad que comúnmente le imprimimos al aprendizaje. Permítanse ver su ambiente como si fuera la primera vez que lo ven y encontrarán en él aprendizajes de incalculable valor presente y futuro.

Espero que este artículo haya sido de su agrado y de utilidad para re-pensar la importancia que en todas las esferas tiene la experiencia…


lunes, 16 de julio de 2018

COACHING DE EQUIPOS. ¿Qué y Para qué?

Dr. Francisco Valdivieso Arcay

En las visiones primigenias del Coaching se asumía como propósito único, el desarrollo personal o profesional de las personas sometidas al proceso de acompañamiento. Tradicionalmente haciendo uso de maniobras reflexivas, motivacionales y analíticas, en las cuales el Coach enfocaba sus destrezas en generar o re-generar la autoestima de su Cocheé para acompañarlo hacia el alcance de las metas que se propuso.
Muchos años transcurrieron en la solidificación de esta praxis operativa, del Coaching concentrado en este enfoque personal, con el que sin duda alguna, alcanzó la evolución y el prestigio que hoy ostenta, cuyos resultados son perfectamente visibles y lo han impulsado hasta convertirlo en una disciplina ineludible en muchos espacios. 
En el ámbito laboral y organizacional, ese avance se ha venido en los últimos años consolidando en la misma medida. Esa es la razón, por la cual  a él acuden organizaciones que en alguna etapa de su desarrollo requieren del auxilio de un ente externo que les permita re-encauzar sus esfuerzos, re-acomodar sus procedimientos a favor del alcance más efectivo de sus objetivos y resultados.  

A partir de ese sólido éxito alcanzado por el Coaching Personal, y su progresiva generalización en distintos espacios profesionales, el Coaching emprendió una “modalidad” para su aplicación a los grupos congregados alrededor de objetivos comunes, derivando posteriormente su atención a las organizaciones en su conjunto. La idea originaria del auto-diagnóstico, el examen, la reflexión y el acompañamiento de los aptitudes, destrezas y prácticas, se trasplantó a los equipos en los que comenzó a emplearse, orientando el énfasis en las interacciones entre sus miembros,  los roles que cada uno de ellos ocupa y la vigencia y efectividad de las habilidades que deben poner en práctica en el plano colectivo.
Hoy es incalculable el número de organizaciones que acuden al Coaching para buscar el fortificar el trabajo de sus grupos o de su estructura en general. Es una disciplina que se ha ganado a pulso el lugar que ocupa, en virtud de la gran eficacia probada para el acrecentamiento del rendimiento colectivo.  
 Sus primordiales propósitos están dirigidos a:
1.  Provocar el vínculo de pertenencia. El Coaching de Equipos busca que sus miembros se perciban orgánicamente como parte de él, de otra manera los procesos carecerán de responsabilidad y compromiso. Cuando el reconocimiento de equipo se enlaza a la identidad de cada uno de sus individualidades, puede hablarse de vínculo de pertenencia.
2.  Promover el sentimiento de equipo. Es posible que parezca trivial, pero en algunas organizaciones no coexista el espíritu de equipo. Nos referimos a que en muchos conglomerados humanos, lo que se constituyen son grupos y el propósito del Coaching a este respecto, remite a la conversión de esos grupos en equipos. Es decir, instaurar la representación conceptual y operativa que en una organización, el esfuerzo colectivo es mucho más efectivo que el individual. Entonces la labor del Coach acompaña a buscar estos lazos entre las individualidades y robustecerlas.
3.  Generar una comunicación fluida y auténtica. Con el Coaching de Equipos es posible ocuparse de la comunicación que es sin duda un aspecto medular del proceso de constitución de los equipos, ya que  mensajes, es un elemento imprescindible para el desempeño y la productividad de los equipos organizacionales. Ningún equipo puede desempeñarse con efectividad si entre sus individualidades media una información fragmentada, soslayada, interesada o imprecisa.
4.  Estimular el diálogo y confrontación objetiva. En cualquier organización las relaciones entre los individuos, y mucho más en aquellas donde las tareas de cada miembro son punto de partida de la labor de otros como es el caso de las organizaciones laborales, suelen ser complicadas. No en vano, es común escuchar que cada individualidad y cada grupo es un mundo en sí mismo. Las diferencias y la diversidad de parecer sobre temas en común,  forman parte de la cotidianidad. A través del Coaching de Equipos, sus integrantes pueden aprender a solventarlas y procesar diálogos constructivos de manera objetiva y positiva.
5.  Gestionar las inconsistencias. Un equipo necesita comprender y superar sus debilidades, este contexto es la razón más usual por la cual las organizaciones demandan servicios de Coaching. Más que errores insalvables, el Coaching de Equipos las convierte en coyunturas y opciones sobre las cuales poder erigir fortalezas. El Coach instaura el proceso de acompañamiento instaurando en el imaginario conceptual del equipo ese principio del Coaching de Equipos.  
El Coaching de Equipos se ha ido consolidando en sus bases conceptuales y operativas, en la herramienta organizacional más importante de los últimos tiempos, porque se comprendió que se trata no de lidiar con los problemas de las organizaciones, sino que se ocupa de acompañar a sus miembros a buscar las opciones organizacionales que permitan re-encauzar hacia los objetivos propuestos.
Espero que este artículo sea de utilidad…

lunes, 9 de julio de 2018

Buscando una correcta enunciación de objetivos.La Técnica SMART


Dr. Francisco Valdivieso Arcay

Seguramente en algún momento se han planteado metas y objetivos pero, ¿Los han formulados correctamente? Hacerlo, en muchas ocasiones, puede marcar la diferencia entre alcanzarlos o naufragar en el intento. Con este artículo se pretende justamente eso, mostrar como enunciar adecuadamente los objetivos.
En primer lugar se debe medir el tamaño del objetivo. Si éste es demasiado amplio, es frecuente que su logro se haga difícil. Una buena medida es, dividirlo en sub-objetivos lo suficientemente pequeños, como para alcanzarlos con la certeza de que se lograrán al cien por ciento. Cada uno de estos sub-objetivos deberá formularlos de una misma forma. Una buena técnica puede resultar  SMART.
En segundo lugar, los objetivos deben estar siempre formulados en términos positivos.
Veamos un ejemplo: Imagínate que vas a participar en una competencia y tu objetivo es “no quedar en el último lugar”. ¿Dónde estás poniendo el énfasis? Justamente donde no quieres quedar, en el último lugar. ¿Qué genera eso emocionalmente? Probablemente de abatimiento y stress por no querer ser el último.
Otro ejemplo: Imagínate que tienes estacionar tu carro entre dos columnas. Una formulación en términos negativos apuntaría: “no rayar el carro con las columnas”. Nuevamente, ¿Dónde se está colocando el foco? Otra vez, exactamente en lo que quiero evitar. ¿Crees que en ambos ejemplos disponemos del mejor estado emocional para alcanzar el objetivo? Opino que no, al contrario, los estados emocionales asociados al stress son los peores enemigos de la eficiencia.

Entonces, lo más eficiente es enunciar los objetivos en positivo, siguiendo con los ejemplos arriba formulados: “Llegar en el primer lugar de la competencia” y “Estacionar correctamente entre las dos columnas”, tendrán mayor factibilidad de ser alcanzados porque se puso el énfasis en lo positivo del logro y no en lo negativo que obstaculiza.  Cuando estoy en el lado positivo del alcance ¿Cómo será el estado emocional? Más tranquilizado, precisamente lo que se necesita asumir la acción de alcanzarlos con mayor eficiencia.

Veamos cómo podemos ayudar a esto con la Técnica SMART:

La S significa específico (specific en inglés).

Los objetivos deben ser lo más específicos y detallados que se pueda. El cerebro  de quienes tienen que lograrlos debe entender, sin ningún tipo de tergiversación, que es lo que se quiere conseguir.
Si se enuncia como objetivo “Sostenerse con un proyecto de emprendimiento” (qué bueno ¿verdad?). Este objetivo, tal y como está formulado, es poco específico. Estaría mejor que detallaras parámetros como: ¿Cuánto quieres de ganar? ¿Cuántas horas quieres trabajar? etc. Hacerlo te ayudará, una vez formulado, a concretar mejor tu plan de acción.

La M significa medible.

Todo objetivo debe ser perfectamente medible. Deberás marcarte los parámetros necesarios para saber que están yendo por el buen camino y que definitivamente, cuando así sea, lo has conseguido.
Un ejemplo: Este trimestre aumentar las ventas en un 3% con respecto al anterior. Tan solo tendrás que saber cuáles fueron las ventas del anterior trimestre y calcular el 3%. Así sabrás que lo has conseguido. Particularmente yo prefiero facilitar esto en la formulación del objetivo, es decir, hacerlo más fácil para tu cerebro. Si las ventas del anterior trimestre fueron de 1.000.000 Bs. el objetivo sería “vender este trimestre 1.030.000 Bs.”

La A significa alcanzable.

Antes de acometer el objetivo deberás buscar evidencias que ten hagan pensar que es totalmente alcanzable. Si crees que no lo puedes conseguir es posible que no lo consigas, es lo que llamamos profecía auto-cumplida. En la medida que no creas en tus posibilidades, generarás un estado emocional poco favorable. Además, tus acciones a nivel inconsciente te boicotearán para no conseguirlo.
Imagine que tiene como objetivo vender a un cliente difícil y piensas que es imposible que te compre. ¿Cuál es tu estado emocional con ese pensamiento? Con ese estado emocional. ¿Cómo crees que será tu proceso de venta?¿Crees que hablarás con fluidez?¿Crees que negociarás con normalidad?¿Crees que estarás abierto a descubrir sus necesidades? Tu estado emocional mermará sustancialmente tus capacidades como vendedor y como consecuencia de ello, reducirá drásticamente tus probabilidades de venta. Y ahora la pregunta esencial: ¿quién ha provocado ese estado emocional? Efectivamente, tú mismo al pensar que no te comprará. Ahora comprendes lo que es una Profecía auto-cumplida.
Preguntas como estas te pueden ayudar a clarificar si un objetivo es alcanzable o no: ¿qué me hace pensar que es imposible? ¿Alguien más lo ha conseguido? Si es así ¿Qué me impide no conseguirlo yo?

La R significa realista.

Que sea alcanzable es una cosa y otra cosa bien distinta es que sea realista. Es importante que midas tus fuerzas, que seas consciente de los recursos de los que dispones y los recursos que necesitarás para la consecución del objetivo. Es importante que tomes consciencia real si esos recursos que necesitas están en tu mano.
Un ejemplo: yo quiero ser el número uno en el ranking de tenis. El objetivo aparentemente es alcanzable, (siempre hay alguien que lo ha alcanzado) pero bajo mis circunstancias no parece demasiado realista porque soy con suerte un practicante aficionado del deporte y ya entrado en años para enfrentarme a deportistas más jóvenes de calidad profesional. ¿Cuántas horas en plenitud de facultades físicas se necesita entrenar para llegar a ser el número uno? Ni tengo esas horas, ni por asomo estoy en esa plenitud física.
Mucho cuidado. Existe una delgada línea entre no ser realista y tener la creencia de que yo no puedo conseguirlo. Es importante tomar consciencia y buscar todas las evidencias posibles que te hagan ver que ese objetivo es realista, pero no te quedes con un “NO PUEDO”.

La T significa temporizado.

El objetivo debe de estar puesto en el tiempo, todo aquello que no programes, jamás lo harás ¿Lo sabes verdad? Además es bueno que te marques hitos temporales a lo largo del objetivo. Es decir, si el objetivo está programado para ser alcanzado en un año, no estaría de más que cada mes fueras viendo la progresión del mismo y ejecutar acciones correctoras si los resultados en estos parciales no son los deseados.
Además, una buena medida es tener por escrito los objetivos. Es bueno que a tu cerebro le llegue toda la información por cada uno de los sentidos. Al fin y al cabo lo estamos programando para que se ponga a trabajar en ello. Varios estudios demuestran que el porcentaje de éxito aumenta significativamente cuando así lo hacemos. ¿Sabes cuantos pensamientos tienes al cabo del día? 60.000. Definir bien objetivos y ponerlos por escrito, ayuda a tu cerebro a que, de todos esos pensamientos, se concentre en aquellos que te ayudan a conseguirlos. Es lo que llamamos poner foco.
A manera de reflexión final, para una buena formulación de objetivos estos deben:
Ponerse en positivo, dividirse en sub-objetivos para que sean asumibles, ser específicos, ser alcanzables, ser realistas y deben ponerse en el tiempo.
Ahora ya no tienes excusa para no marcarte objetivos. ¿Qué te puede impedir hacerlo? No hay fracaso peor que no haberlo intentado. Felices resultados. Espero que te haya sido útil el artículo