viernes, 31 de marzo de 2017

LA EMPATÍA COMO HERRAMIENTA DE LA ESCUCHA PROFUNDA

Maria Luisa Amengual N.
Lilianoth Chong R.

Maria Alejandra Taguaruco J.

“La Empatía es la capacidad de pensar y sentir la vida interior de otra persona como si fuera la propia”. Ignacio Novo.

Partiendo de este concepto, entendemos la empatía como la intención de comprender los sentimientos y emociones de un individuo, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que está sintiendo el mismo. Cuando un individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento de los demás poniéndose en su lugar, despierta el deseo de ayudar y es esa capacidad de ponerse en el lugar del otro lo que nos va a ayudar a comprender mejor el comportamiento en determinadas circunstancias. Una persona empática se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra persona. Es saber escuchar a los demás, entender sus problemas y emociones.

La empatía se construye sobre la propia conciencia de lo que somos como individualidad y colectivo. Para desarrollar una empatía eficiente debemos ser capaces de evaluar profundamente nuestras emociones y sentimientos. Esto nos proporcionara la claridad mental necesaria para entender correctamente la conducta y emociones que rigen el comportamiento de los demás individuos.

La empatía NO es un don, todos podemos desarrollarla si lo deseamos, pero para que esto suceda es necesario que el coach se olvide de sí mismo y de sus principios e intente acercarse al mundo del coachado. La empatía es la que nos  permite percibir los sentimientos de los otros y hacer que se sientan menos solos. Una clave para intuir los sentimientos del otro, es la habilidad de interpretar el lenguaje no-verbal. Como la mente racional se expresa a través de palabras y razonamientos lógicos, las emociones pueden manifestarse mediante posturas, expresiones faciales o tonos de voz particulares. Esta habilidad de detectar el significado implícito del lenguaje no verbal, es lo que nos va a permitir adelantarnos a las necesidades del coachado.

La empatía está intrínsecamente relacionada con el Amor y la Compasión, ya que los seres humanos tenemos la capacidad de vernos reflejados en los sucesos que vive otra persona. Y es en ese momento donde nos percatamos de que las necesidades de un individuo pueden ser nuestras.

En una escucha empática  escuchamos con los oídos, pero muchas veces lo realmente relevante es escuchar con los ojos y con el corazón, para entender  el significado de la conducta y de los sentimientos del coachado. Debemos percibir, sentir e intuir utilizando todo nuestro potencial cerebral, ya que esta escucha es terapéutica y  proporciona comprensión, amor, valor, apreciación en aquel que la recibe. Y al mismo tiempo va a desarrollar una sinergia y una comunicación interpersonal afectiva entre las partes. Tanto es así que en la vida diaria las personas muchas veces al momento de hablar con otras, asistir a una conferencia o simplemente poner la radio, entra en un momento de retroalimentación propia, es decir, si es importante lo que se está diciendo lo escuchamos, sino solo  lo oímos.

Por tal razón hasta el escuchar varía dependiendo de la forma en que lo hagamos. En virtud de esto la escucha se ha dividido de la siguiente manera:

Oír: es el nivel más superficial de la escucha. Aquí se registra la voz de la otra persona pero ni siquiera se presta atención solo la oyes y puedes estar pensando en otra cosa.

Escuchar a: este segundo nivel consiste en escuchar a alguien pero a la vez activas una serie de preguntas en tu mente sobre lo que estás escuchando, que no te dejan asimilar por completo lo que te dicen porque definitivamente lo escuchado lo estás adecuando a tu propia vida.

Escuchar para: en este tercer nivel de escucha se busca algo en lo que la otra persona dice, el tiene una idea en la mente, filtra lo que le dice la otra persona y lo selecciona para formar una opinión.

Escucha consciente: esta consiste en la escucha profunda con un mínimo de diálogo interior por lo tanto a nivel de coaching, esta es la escucha ideal para trabajar ya que aquí el nivel de percepción y de intuición funcionan mejor porque no se pone ninguna dificultad al escuchar al coachado. Sin embargo podemos tomar en cuenta también otra clasificación de la escucha:

La escucha ficticia: en la que hacemos como si escuchamos cuando realmente ignoramos lo que nuestro coachado nos dice.

La escucha selectiva: aquí nuestro escucha va a ser solo de ciertas cosas de la conversación, de aquellas que van acorde a nuestra forma de pensar, de nuestro sistema de pensamientos; es una escucha pobre e ineficaz.

La escucha atenta: es aquella escucha donde se presta atención y se centra toda nuestra mente en lo que dice nuestro coachado, por lo tanto es la que más se acerca a la escucha empática.

Por todo lo anteriormente expuesto, podemos afirmar que la escucha profunda debe ser una herramienta básica del coach y si se logra combinar efectivamente con una verdadera empatía, se formará una llave muy eficaz para el total éxito de la terapia.

Sthephen Covey afirma que “La empatía es el arte de comprender y ser comprendido”, lo cual está muy cerca de la realidad porque lograr hacerlo es tan difícil que lo convierte en un verdadero arte, saber escuchar con empatía y profundidad es indispensable para formar relaciones sólidas, constructivas y sinérgicas. Es un paradigma efectivo cuyo cometido es la comprensión real e integrada de todos los aspectos estructurales del emisor o coachado: físico-mental-espiritual. Como dijimos se trata de un arte difícil de dominar y aplicar.

Sin embargo, como nuestro cerebro es tan poderoso, podemos afirmar que de tanto practicar alguna situación logramos hacerlo e internalizarlo tanto que se convierte en un hábito y esto precisamente es lo que debe suceder cuando entramos en sesión o consulta, debe ser como una especie de trance, en el cual “automáticamente” nos desprendemos de todo lo externo e interno propio, activamos nuestra intención de escucha profunda empática y ambas deberán ponerse de manifiesto de manera conjunta y automática.

Si hiciésemos de esta sinergia escucha profunda-empatía un modo de vida, es decir que lo aplicáramos para con nosotros mismos en primer lugar como también para con nuestro entorno, llámese pareja, hijos, familiares y amigos, de seguro seríamos personas más completas tanto en conocimiento, como en la consolidación de nuestras relaciones.
¿Cuantas veces nuestra pareja o hijos nos hablan y le prestamos atención solo para defendernos o sentar una posición o postura, o para aleccionar "robótizadamente" según “nuestras verdades” que no son más que paradigmas propios.

Imaginemos un mundo en el que todos nos escucháramos, solo eso, en el que nos desprendamos de todo lo propio y nos adentráramos en el mundo del otro por completo, un mundo sin juicios ni condenas, en el cual a todos nos interese lo que el otro nos dice porque simplemente queremos aprender algo. Ahora imaginemos un mundo en el que todos nos escuchemos y además sintamos el dolor o la preocupación ajenas como propias, sensibilizándonos verdaderamente del malestar ajeno… ¿Parece algo imposible verdad? 

Bueno podrá parecerlo pero no lo es, de hecho esta sinergia debería ser la base de cualquier relación y es allí donde precisamente el coach debe hacer su mayor esfuerzo, esa debe ser su principal tarea, no solo lograr este nivel para sí mismo si no también enseñar o aleccionar a todo el que pueda, comenzando por su entorno de manera directa y aún más con la persona a la cual está cochando.

El individuo es social por naturaleza, se relaciona y logra formar vínculos con otras personas, por lo que necesita tener un verdadero feedback con todo el que le rodea, llámese amor, amistad o relación laboral, entonces si este intercambio es más profundo que una simple convivencia etérea, o alguna simple llamada telefónica o encuentro casual, lograríamos sin duda relaciones mucho más profundas y sólidas.

Está demostrado que las personas altamente empáticas, son personas más alegres, felices y sensibles. Y esto es así, porque la retroalimentación que se obtiene siendo empático va en consonancia con las virtudes que ésta lleva adheridas. Si nuestro patrón de conducta y comportamiento siempre tiene en cuenta las necesidades y el bienestar de los demás, nuestro patrón se verá fortalecido y ampliado, porque recibirás más de lo mismo. Tu siembra será tu cosecha, al igual que lo que reflejas en el exterior es un espejo de tu alma.

Debemos trabajar y fortalecer la empatía no solo con nuestro círculo más cercano, sino con todo aquel que necesite apoyo y ayuda. Nadie se merece quedar desatendido y desamparado ante sucesos que cualquiera de nosotros puede atender de manera efectiva, solidaria y compasiva. Los beneficios de esta práctica son innumerables tanto para el que los recibe como para el que los ejecuta. Brindemos nuestro máximo exponente y tacto emocional a todo aquel que lo necesite. Un mundo mejor es posible si todos desarrollamos esta magnífica virtud.

Finalmente podemos afirmar que la escucha profunda es una efectiva e indispensable herramienta del coach, pero además también podemos afirmar que combinada con empatía, se traducirá en el éxito casi asegurado de una terapia, entendiendo como éxito, a la culminación satisfactoria del acompañamiento del coachado, lo cual no implica necesariamente que el mismo haya solucionado por completo la situación que lo llevó a buscar ayuda, pero si que desarrolló herramientas con las cuales lograr hacerle frente para vivir feliz y en paz consigo mismo y con su entorno.

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