Arriaga
Gabriela
Martínez
Raibel
Medrano
Astrid
Mogollón
Suhair
Valduz
Yenifer
La comunicación en el hombre es uno de los
actos más importantes de la vida, ya que de ella ha dependido su interacción
ante el mundo. Durante las conversaciones, el hombre se vuelve generador de
estímulos poderosos que pone de manifiesto el carácter que lo define. Estas revelan sus estructuras mentales y la calidad
de las mismas, lo que lleva a dilucidar, hasta dónde pueden llegar sus
posibilidades.
Para que una conversación fluya, debe haber intercambios
de ideas que definan las distintas posturas de cada quien. De ella depende que
muchas cosas tomen buen rumbo y sean de interés para muchos. Pero, ¿qué determina
que una conversación sea efectiva o no? Una de las cosas que determina una
buena conversación es, una buena escucha. Según una publicación del Centro de
Recursos Educativos BAMA, (s/f), escuchar es:
Desobturar
los canales sensoriales para reaccionar a los mensajes en forma inmediata a su
emisión…prestando atención al tono de su voz y al tono emocional, aun cuando no
son audibles (p. 2).
El escuchar efectivamente, no es solo atender
las frases dichas por la otra persona. Escuchar profundamente, implica prestar
atención a lo que se oye, percibiendo los sonidos gesticulados por la otra
persona y entenderlo. Por supuesto, comprendiendo que como receptor debe
renunciar a cualquier pensamiento que perturbe la información del mensaje escuchado.
Saber escuchar es la mejor forma de entender el punto de vista de cualquier
persona que está exponiendo su forma de pensar, de sentir y actuar.
Esta es una de las habilidades más poderosa
que debe desarrollar el coach, ya que por ella construirá una situación de
cambio para el coachado. Éste debe manejar un lenguaje entendible con él y,
poner de manifiesto todo su potencial comunicacional para que el mensaje logre el
objetivo planteado.
Ahora bien, es posible que el coach,
siendo otro hombre común, logre captar
el mensaje recibido haciendo a un lado los prejuicios y estereotipos? Según el
Gran Diccionario Enciclopédico Océano (2006), los prejuicios son “juicios u
opiniones, generalmente negativas,
que se forman sin motivo y sin el conocimiento
necesario sobre algo” (p.1307). Note que éstos son concepciones “negativas”
bajo la base de escasa información sobre la otra persona. Del mismo modo, y
tomando como referencia el mismo Diccionario, estereotipos es definido como
“cliché, opinión o concepción muy
simplificada de algo, alguien o grupo de personas.” (p. 645). Ambas
definiciones apuntan a fundamentos discriminatorios hacia algo o alguien. Un coach
prejuicioso y generalizador, evidentemente bloqueará la comunicación entre él y
su coachado, y en lugar de mostrarle cambios posibles para que éste identifique
hábitos y creencias limitadoras o potenciadoras para su toma de decisiones,
solo manejaría sus propias creencias y opiniones guiado por emociones negativas,
impidiéndole reflexionar de forma neutra sobre la persona. Para él sería más
fácil analizar información y tomar las decisiones agrupando los estímulos
externos sin pensar demasiado.
Por ello, si el coach se concibe a sí mismo
como cualquier hombre común, muy difícilmente podrá enfocarse en escuchar eficientemente a su coachado. Un coach que no
hace a un lado sus creencias, podría sentirse amenazado u ofendido por las
palabras que escucha de su coachado y tratará de llevarlo a tomar decisiones
bajo su parecer. Si por el contrario,
éste entiende su rol como profesional, entonces su enfoque y su escucha será
superior al de cualquier otra persona. Pero, ¿cómo lo puede lograr?, ¿cuál
sería la postura de un coach profesional que si sabe escuchar?
En primer lugar, el coach debe entender que
la realidad vivida por la otra persona es muy distinta a su realidad, lo que lo
hace ajeno a su mundo. Su cultura, creencia y educación siempre será distinta a
la de los demás y todas tienen elementos que poseen razones lógicas para ellos.
Esta diferencia, va a llevarle a entender que debe tener una posición neutra
ante la opinión de la otra persona, no respecto a quién tiene o no la razón o
lo que siente ante la presentación de su discurso, sino mas bien, escuchando
como si todo fuese un hecho simple y nada más. El ver las cosas desde esta
perspectiva, le llevará a renunciar a sus propios sentimientos y creencias. De
este modo, el coach mostrará su madurez profesional.
Por ello, el coach no debe involucrarse
emocionalmente ni reaccionar bajo sus propios criterios. Lo mejor es que
escuche y se mantenga callado hasta que tenga las palabras precisas que
faciliten el aprendizaje en su coachado. Este pasa a ser el segundo paso. Para
ello debe estar bien concentrado y desconectado de la realidad en donde están
inmersos. Todo ruido alrededor, personas u otro acontecimiento que pudiera
estar presentándose alrededor del coach y el coachado, debe ser ignorado. No
con esto se espera que el coach actúe como un robot ante todo lo que acontece a
su alrededor cuando está en una sesión, pero sí que aprenda a lidiar con ello y
a darle menos importancia que lo que está escuchando, e incluso, percibiendo de
su coachado, los cambios de actitud (gestos, emociones, pensamientos, etc.) que
también deben ser considerados como parte de la comunicación manifiesta por él,
ya que pueden arrojar más información que las propias palabras dichas.
Y como tercer paso, debe controlar sus
emociones. Un coach profesional que sabe escuchar y que no opera bajo prejuicios
y estereotipos, sabe definitivamente controlar sus emociones, siendo
inteligente emocionalmente, capaz de manejar bien su relación con su coachado.
Gozar de esta madurez emocional, implica ser racional, es decir, pensar y
actuar bajo la razón y no bajo su experiencia, siendo honrado, honesto, humilde
y teniendo identidad de sí mismo como un profesional.
Los pre-juicios y los estereotipos son
definitivamente enemigos del coach y su trabajo. De qué valdría la labor de
éste, si pretendiera canalizar todo a su manera. Lo maravilloso de su trabajo,
es ayudar a otros a descubrir su grandeza, trabajar en su ser, ayudándole a
desarrollar sus potencialidades y liberar todo su potencial. Mientras esto lo
aplique el coach profesional, la demanda de su ayuda será
cada vez mayor en el mundo.
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