miércoles, 25 de marzo de 2015

¡Escucha Profunda, es escuchar con todos los sentidos!

Helen Wilczek
María I. Ledezma
Aida Escalona
Carlos Vivas

De niños aprendimos en la escuela que los seres humanos poseemos 5 sentidos, que nos permiten percibir el mundo que nos rodea. Recordamos cuando el maestro o maestra nos explicó que el sentido del oído nos permitía escuchar. Hoy en día se presenta una inquietud ¿Te has detenido a pensar como escuchas? ¿Crees que oír y escuchar es lo mismo? Cuando oímos y nuestro sistema auditivo no tiene problemas solamente percibimos las ondas sonoras. Cuando escuchamos es necesario que le prestemos toda nuestra atención al interlocutor y activemos todos nuestros sentidos. Un factor que interviene cuando tenemos una conversación con otra persona son precisamente nuestros filtros personales de acuerdo a nuestra estructura de pensamiento que viene dada por las limitaciones, creencias, recuerdos y experiencias previas, todos estos factores son normales pero tienden a operar como interferencias, también debemos tomar en cuenta que esas “interferencias” pueden existir del lado de nuestro interlocutor. y para lograr una conversación profunda, empática debemos procurar reducir estas interferencias;  La importancia de una buena escucha es evitar  que se rompa la empatía, A. Pangrazzi lo resume acertadamente en este texto  “Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a darme consejos, no has hecho lo que te he pedido. Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme por que no tendría que sentirme así, no respetas mis sentimientos. Cuando te pido que me escuches, y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema, me has fallado, por extraño que parezca.” El mosaico de la misericordia / A. Pangrazzi / Ed. Sal Terrae 1989
Existen momentos donde una persona nos habla y oímos el sonido de su voz pero realmente no la escuchamos, y luego nos damos cuenta que no recordamos nada de la conversación, ¿Te ha pasado? Es lo que conocemos como una Escucha Ficticia. En algunos casos realizamos un esfuerzo por prestarle atención a la conversación que se supone tenemos y sin embargo existen momentos donde desviamos la atención.
En su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey afirma: “La mayor parte de las personas no escucha con la intención de comprender, sino para contestar. Están hablando o preparándose para hablar. Lo filtran todo a través de sus propios paradigmas, leen su autobiografía en las vidas de otras personas.” Esta situación se conoce como escucha selectiva. Entonces ¿Qué hacer para escuchar profundamente? Si consideramos que solo el 7% de la comunicación es Verbal y el restante 93% lo conformar los gestos, la posición corporal, el tono de voz, la expresión facial, entre otros. ¿Solo el sentido del oído es suficiente para una escucha profunda?
Para realizar una escucha profunda debemos estar seguros que vamos a permitirle a la persona que está hablando  que sea escuchada, ya que el tema que nos plantea debe ser importante tanto para el como para nosotros.
Cuando hablamos de la escucha profunda nos referimos a prestar atención detenidamente, comienza por el respeto, no aislarse de las personas cuando dicen  algo que no se asocia a nuestras creencias;  para poder escuchar activamente hay que tener en cuenta que no es nuestra situación, por lo tanto debemos acompasar con el emisor, esta herramienta nos da la oportunidad de darnos cuenta del presente, del aquí y el ahora, lo percibimos por los gestos, la mirada y otros sentidos. Debemos ser observadores, esto quiere decir que no solo oímos, sino que escuchamos más allá de las palabras. Es en este punto donde permitirnos que la persona se relaje  y  libere la presión o  estrés que puede presentar, (algunos lo llaman drenar) y es allí donde nos permite evaluar las herramientas que se deberían aplicar para la solución.
De esta manera incentivamos a la persona a profundizar y darse cuenta, que es más fácil ayudarlo cuando entra en conciencia de la situación existente y se debe accionar para el logro de sus objetivos.
La empatía es el método más rápido de la comunicación humana. De esta manera se realiza el rapport con el emisor y se establece la intercomunicación e interrelación, esto es lo que nos permite que él emisor se  sienta en confianza y pueda realizar una descarga de la información concreta de lo sucedido logrando la empatía, teniendo ya todo claro, se puede realizar un diagnóstico de la situación presente en ese momento, planificando las acciones pertinentes para solventarla de una forma efectiva.
En su libro La Inteligencia Emocional, Daniel Goleman afirma: “La empatía se construye sobre la conciencia de uno mismo; cuanto más abiertos estamos a nuestras propias emociones, más hábiles seremos para interpretar los sentimientos” cuando un individuo no tiene conocimiento de sus sentimientos propios está totalmente perdido cuando trata de percibir el sentir de alguien que está con ellos.
En la escucha empática, se escucha con los oídos pero también (y esto es lo verdaderamente relevante) los ojos y con el corazón. Se escuchan los sentimientos, los significados y la conducta, percibimos sentidos e intuimos utilizando todo nuestro potencial cerebral (ambos hemisferios) por otro lado este tipo de escucha es profundamente terapéutico y curativa ya que proporciona compresión, amor, valor y apreciación en aquel que recibe la escucha.
¿Que beneficios obtenemos cuando aprendemos a escuchar profundamente o más allá  de las palabras?: Sirve para mejorar la comunicación, por lo que potencia los acuerdos.
Entender y luego ser entendido, el que desarrolla la capacidad de saber escuchar está en un constante aprendizaje, lo que permite tener una visión más clara de lo que le desean transmitir.
Muchas veces escuchamos y juzgamos; es importante respetar el criterio de otra persona, y solo preguntar.
No dejamos terminar la idea cuando respondemos según nuestro punto de vista. Si no hay empatía no hay escucha profunda. De forma espontánea sentimos placer al ser escuchados.
Las personas con opiniones profundas se les facilita abrirse a la escucha de temas distintos, y no tienen inconvenientes para intercambiar puntos de vista, fundamentar sus interpretaciones y escuchar la de los otros.
El uso adecuado de esta herramienta por parte de un coach (escucha profunda) contribuye a obtener resultados asombrosos, ya que que esta permite un conocimiento más amplia de la situación, aunado a su visión positiva del futuro, y su optimismo va a conducir al coachado a establecer el plan de acción para la mejora de su objetivo y por otra parte aumenta la empatía y la credibilidad del coach.

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