Gabriela González
Liliana León
María E. Navarro
Nataly Pieroni
Al ser introducidos dentro del muy interesante mundo del Coaching,
comienzan a surgir muchos conceptos e interrogantes, los cuales cada día nos
impulsan a buscar más y más información sobre el tema. El Coaching es proceso
de acompañamiento orientado al cambio y al desarrollo de personas, equipos y
organizaciones que realiza un coach para facilitar a su cliente el
descubrimiento y la articulación de su propósito u objetivos. Dentro de este
orden de ideas se puede decir que uno de los puntos que se considera como pilar
fundamental al momento de realizar coaching, es aquello llamado “Rapport”, una
expresión o palabra muy singular, pero que representa la columna vertebral
entre la relación del coach y el coachado. En muchas ocasiones de nuestro día a
día podemos sentir una falta de comunicación o empatía, un mal sentimiento o
incomodidad, ser víctimas de un malentendido, lo cual puede suceder dentro de
nuestras relaciones personales (conyuge, padres, hijos) o laborales (jefe,
pares, empleados) sucediendo que en la gran mayoría de las veces no podemos
ubicar la solución a fin de mejorar la comunicación. Es por lo anterior que
surge dentro de PNL y Coaching la técnica llamada Rapport, la cual tiene por
objeto crear un ambiente de confianza y cooperación mutua para entablar una
comunicación efectiva donde no haya juicios de valor, donde no ocurra
distorsión o malos entendidos entre los interlocutores. Es donde se debe
aplicar lo que podemos llamar “una escucha sana”, representando éste otro pilar
para el logro del buen resultado dentro del proceso de coaching.
Cuando hablamos de Rapport lo que se desea es aplicar o lograr una
conexión sin barreras o sintonía, dentro de la relación con el coachado donde
la confianza sea sincera y abierta, logrando así tener la total apertura dentro
de la comunicación con el cliente. Una comunicación donde se permite llevar una
relación fuerte y acompasada, y ganar la confianza del coachado.
El Rapport permite que el coach logre captar el interés del coachado
respecto a la información manejada. Existen diferentes formas de lograr una
buena conexión, puede ser con el tono de vos del coach, con su lenguaje
sensorial o corporal. Dado lo anterior se nos abre otro pilar que debe
desarrollarse en un coach, a fin de lograr un proceso de coaching efectivo; son
las diferentes técnicas que le permitan reconocer de forma inmediata que tipo
de interlocutor tiene frente a él dentro del proceso de Coaching, si es un interlocutor
pretencioso que cree saber todo lo que queremos transmitir tendremos una tarea
complicada o si por el contrario es uno sociable, hablador y positivo será
mucho más fácil porque pensará en muchas soluciones, lo complejo será evitar
que se desvíe del tema principal haciendo preguntas oportunas para reconducir
la conversación, la paciencia en este caso es muy buena aliada, la ventaja es
la disposición para llegar a acuerdos. Un tono de voz muy alto, violento o
desagradable es sinónimo de un interlocutor maleducado que va a dificultar la
empatía, lo más recomendable es permitir que se desahogue y luego mostrar una
actitud calmada y amable, un tono de voz adecuado y pausado. Cuando nuestro
coachado es tímido estamos en presencia de un interlocutor reservado, es
recomendable tomar la iniciativa por un momento y ante todo transmitirle un
aire de seguridad y confianza mediante un tono de voz cercano y dulce.
Cada persona tiene una visión del mundo, sin embargo el rapport permite
estar en contacto con la otra persona, creando la ilusión de que ambas
comparten el mismo modelo de mundo, aunque no necesariamente es así, lo
fantástico de esta técnica es que “te pones en los zapatos de la otra persona”
o “están en la misma onda”, comparten la misma visión, la misma perspectiva;
una vez que se crea esta ilusión, se logra un contacto especial que genera una
gran empatía y acompasamiento.
La comunicación no verbal trasciende las palabras, es muy importante,
podría decirse que hasta más que el contenido mismo, la manera como se dicen
las palabras, el movimiento de las manos, la respiración, la postura, algún
gesto muy sútil que quizá en el momento no nos damos cuenta, pero debemos poner
atención a estos detalles porque el inconsciente del coachado los nota. Ahora
bien, una de las cosas básicas que debemos hacer para entrar en el proceso de
Rapport es el siguiente: Primeramente igualar la postura, por ejemplo, si está
sentado, que la altura de sus ojos sean igual a la altura de los tuyos, se
observa al coachado para conocer y analizar las características que posee, su
postura, corporal, si esta erguido, sus gestos, luego y muy importante su
escucha, su tono de voz, si es alto, bajo, agudo o grave, si habla rápido o
lento, las frases que utiliza, como por ejemplo las muletillas, esto con el fin
de acompasar al coachado, poder imitarlo, seguir sus gestos hablar como él y
hasta se podría decir que movernos como él, siempre respetando su espacio
personal. Esta situación crea afinidad y empatía en ese momento tan importante donde
estamos buscando la confianza y la libertad de expresión sin bloqueos.
En una sesión de coaching es ideal sentarse frente a frente y evitar
usar una mesa que se convierte en una barrera para lograr una relación de
igualdad entre el coach y el coachado. Para poder comprobar que ya estamos en
rapport con el coachado podemos hacerlo realizando un gesto similar al que el
haya hecho en algún momento de la conversación, si esto se da, entonces
entramos en rapport. Con este proceso definido, se eliminaran las creencias
limitadores y entraríamos en un vínculo con el coachado, se podrá sentir en
confianza, y con esto se podrá lograr los objetivos que nos trazamos al
inicio del asunto.
Dentro de los elementos del rapport, se
menciona uno muy importante: la escucha activa. Significa poner atención para
oír, querer comprender lo que quiere decir el coachado, ignorando que existe un
mundo lleno de distracciones que podrían afectar grandemente el proceso entre
ambos actores. Escuchar es concentrarse en la voz del coachado y no en la
propia, el coach debe callar las voces internas y prestar atención a una sola
voz. Escuchar activamente es un esfuerzo superior a hablar que requiere
penetrar en el mundo de nuestro coachado, dedicar tiempo a escuchar
interesadamente todos los puntos que se han dicho y valorar su mensaje aun
cuando lo que diga este en contra de las ideas del coach.
No hay un sitio ideal para ejercitar la
escucha activa porque lo determinará la sensación de comodidad del coachado,
por ejemplo bien puede ser el lobby de un hotel, un parque o cualquier otro
lugar, y si combinamos el rapport, el escucha activa, cercanía física, atención
en los gestos y mímicas entonces se logra la comprensión total de la
información, disminuir desacuerdos y conflictos, por ende un, proceso de
coaching exitoso.
El desarrollo del proceso del coaching se está haciendo cada vez más
necesaria pero tal como dice Rosinski (2008), está destinado a perdurar a medida
que sus valores, creencias, actitudes y comportamientos se conviertan en norma
para todos.
Solo podemos lograr una mejora
considerable en nuestras vidas cuando dejamos de cortas las hojas de la Actitud
y la Conducta y trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas, carácter,
motivos y pensamientos de los que fluyen la actitud y la conducta. “Stephen
Covey”
No hay comentarios:
Publicar un comentario