lunes, 28 de noviembre de 2016

UN CORAZÓN QUE ESCUCHA, HACE QUE UN CORAZÓN HABLE!

Yamileth Malpica
Luisa Arias

El Coaching es un proceso que brinda una oportunidad para el desarrollo tanto a nivel personal y profesional de las personas a través de un acompañamiento, que requiere de entusiasmo, compromiso, disciplina y sobre todo mucha responsabilidad  conlleva a generar grandes cambios en todos los aspectos de la vida de un individuo. Permitiendo además  ayudar a personas a alcanzar nuevos retos, metas  o superar dificultades cotidianas. Mostrando así sus grandes  fortalezas   y ayudando  a utilizar sus propios recursos.
Cabe destacar que para que este proceso sea eficaz, debe existir una serie de pasos que son de vital importancia y que permite a su vez que la comunicación sea fluida. Uno de estos pasos a considerar seria la escucha, considerada como la clave en todo proceso de comunicación y entender el gran poder que en la misma prevalece.
En este sentido,  vale la pena considerar la influencia que tiene el poder de la escucha, esta consiste en recibir toda la información que nos dicen, interesarnos por comprender al otro, valorar lo que el otro está compartiendo con nosotros, reconocer al otro y facilitar que se reconozca, reconocer la emoción que el otro siente y comprenderla.

El poder de la escucha indiscutiblemente es una magia que logra que el interlocutor  se manifieste abiertamente. Una conexión  que se basa en crear un ambiente de confianza alineada y donde se evite cualquier barrera que impida  el buen desarrollo de la comunicación. La escucha profunda  permite concentrarse en lo que dice o deja de decir, en nuestro caso el  coachado.

Como coach es importante desarrollar esta habilidad así mismo desarrollar la observación que de una manera directa podemos tener de nuestro coachado ya que no solo se tendrá la posibilidad de escuchar sino de evidenciar gestos y transmitir sentimientos.
Stephen R. Covey afirma que no solo se escucha  con los oídos,  también (esto es más importante) con los ojos y con el corazón. Se escuchan los sentimientos, los significados. 
Escuchar con los ojos, es decir, observar al otro sus gestos, su postura, su uso del espacio,  nos puede aportar mucha más información del otro que lo que dice.Como coach Hay que tomar en cuenta la diferencias multiculturales en el lenguaje corporal, especialmente en los  gestos, ya que pueden dar lugar a malas interpretaciones  e incomodidad.
Otro factor que determina  un proceso de coaching  efectivo es profundizar la escucha, vaciar la mente, concentrarse en lo que dice el otro y ubicar puntos de vistas personales, sin manejar ningún tipo de prejuicios o etiquetas hacia nuestro coachado. Mostrar interés genuino por lo que dice el otro es la base fundamental de la comunicación entre el coach y el coachado.
Ciertamente existen otros factores fundamentales en el proceso de la escucha en las sesiones de coaching donde podríamos destacar el contacto visual, con tan sola una mirada  podemos hacer ver el interés que tenemos por hablar con alguien, de igual manera tenemos las expresiones faciales, postura corporal  y la respiración de ambos lados tanto del coach como del coachado.
De igual manera otro aspecto a considerar es el respeto mutuo, puesto que  es esencial para poder escuchar. Sin la aceptación del otro como diferente y  autónomo, evidentemente  el escuchar no puede ocurrir. Cuando escuchamos nos colocamos en la disposición de acepta que existen diferentes formas de ser. Cuando hablamos abrimos la posibilidad de mostrar el ser que somos y en ello hay  una particular empatía  hacia el otro. Esta misma empatía  debe estar presente cuando escuchamos.
Tomando en cuenta los niveles de la escucha como son la escucha superficial,  la escucha atenta y la escucha completa, el coach debe emplear la última ya que es el nivel más intenso  de la escucha donde el coach empieza a saber y a  sentir  el mensaje, idea o el objetivo del coachado.
El acto de escuchar plenamente es esencial para transmitir a nuestros coachados, también que son importantes. Escuchar verdaderamente implica generosidad, porque cuando escuchamos nos olvidamos de nosotros, de nuestros juicios, sólo el otro es importante para lograr ser,  él mismo, para solucionar sus problemas, para alcanzar sus propósitos.

Cuando escuchamos plenamente a nuestros coachados, significa que aceptamos quienes son y que nos tomamos seriamente lo que traen a la sesión. Dejando que sean ellos los principales protagonistas. Esto además de crear confianza en el coachado, pues es señal de esa gran conexión y empatía que debe existir entre ambos para que el  proceso  sea exitoso, productivo y de esa forma se puedan dar los avances y resultados necesarios que requiere el proceso.

El poder de una escucha empática y plena transforma el proceso y el vínculo de confianza entre las personas. Cuando un Coach es receptivo el cliente es capaz de clarificar sus ideas y pensamientos y descubrir lo que verdaderamente está sintiendo. Cuando el Coach sabe escuchar el cliente puede escucharse a sí mismo.

 En este sentido, en todo proceso de Coaching la escucha va a ser un elemento fundamental para incrementar la seguridad personal del cliente. Nuestra escucha va a facilitar que el dialogo sea enriquecedor. Como coach somos responsables de ofrecer una escucha plena y empática a nuestros coachados.

Por consiguiente, cuando un Coach es receptivo el cliente es capaz de clarificar sus ideas y pensamientos y descubrir lo que verdaderamente está sintiendo. Cuando el Coach sabe escuchar el cliente puede escucharse a sí mismo.

En síntesis entre las ventajas de  la escucha activa, tanto sobre la persona que escucha como sobre la que se siente escuchada, señalaremos:

§  Crea un clima de confianza y cercanía que facilita la comprensión mutua.
§  Se incrementa la motivación del coachado.
§  Se reduce la tensión, por parte del coachado.
§  Se aprende del otro.
§  Se facilita la reducción de conflictos por parte del coachado.
§  Ayuda a tomar mejores decisiones y con mayor seguridad. 
§  Se aprende a trabajar mejor.
§  Se gana tiempo para pensar.
§  Se estimula la cooperación.

Por otra parte vale la pena recalcar, que la escucha activa es una de las herramientas que como coach, no puede fallar. Cada vez más se debe  seguir trabajando. Hasta el punto que se adquiere con mayor eficacia esa habilidad y se desarrolla de tal manera que el coach se convierte así en un gran experto. Solo conduce el proceso conectándose además  con valores como el amor, la confianza, la generosidad, la honestidad, la valentía y el coraje  en el que el coachado es principal actor.

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