Barrios Carlos
Gamboa André
Lozada Tahis
Lesseur Mirian
Mendoza Jenny
Quintana Carolina
El mundo que vemos
refleja simplemente nuestro marco de referencia interno: las ideas
predominantes, los deseos y las emociones que albergan nuestras mentes. Cuando
miramos a nuestro interior se origina que clase de mundo queremos ver, luego
proyectamos ese mundo afuera y hacemos que sea real para nosotros tal como lo
vemos, mediante nuestra interpretación. Los puntos de referencias en la que nos
basamos para llegar a las conclusiones por lo general son erróneos, y por eso
tropezamos y caemos encima de las piedras que no vimos, sin darnos cuenta
además que podemos atravesar las puertas que creíamos que estaban cerradas pero
que se encuentran abiertas para los ojos que pueden ver mas allá y desde otra
perspectiva.
Una vez que alguien
queda inmerso solamente en sus propias percepciones, sus juicios siempre dan demostraciones falsas,
porque todo lo que sus sentimientos le muestran dan fe de la realidad de las
creencias limitadoras, por lo que se hace indispensable encontrar un atisbo de
luz para avanzar. En coaching no se le puede enseñar lo que ya es realmente esa
persona en su esencia, pues no es algo que se enseña sino que se encuentra, lo
que si podemos es quitar esos mantos que cubren lo que se dejo de ver, aquello
que por influencia de factores de la sociedad nunca la persona había podido
percibir, y así se permita contactar con su propio ser interno y saber quién es
y allí encontrar esa luz. Acompañamos a cruzar ese puente que conduce a la realidad,
simplemente porque podrá darse cuenta de que sus fortalezas están al otro lado,
caminamos con ellos desde lo que creen que son tinieblas a la luz, hasta que puede
darse cuenta de que no hay oscuridad y surge
el despertar de la conciencia de que ellos mismos son la Luz que alumbra su
propio camino.
En Coaching estimulamos
la búsqueda de opciones para que emerjan las soluciones, acompañamos en los
procesos evolutivos en el que el cochee aprende de sí mismo, ayudamos en
función al potencial de esa persona a tomar decisiones y a crear mecanismos
para persistir, por lo que se debe entender como un acompañamiento, la ayuda no
debe provenir de las decisiones tomadas por el coach o mecanismos utilizados
por este, tomando en cuenta de que cada ser es único e individual por lo tanto
lo que sirve para mi, quizás no sea bueno para ti o para otro y por el
contrario empeore la circunstancia en la que se encuentra esa persona.
Ayudar a las personas
de manera planificada basado en nuestras experiencias es un acto egocéntrico y en coaching se debe
desarticular el ego y solo concentrarse en escuchar y observar al cochee con una mentalidad abierta, la cual
debe proceder de ausencia de juzgar, por muchas razones en especial por el estado
en el que se debe encontrar el coach al estar en contacto con el cochee, pues
solo aquellos que tienen una mentalidad abierta pueden estar en paz y serenidad
para que surjan las posibles preguntas y herramientas libres de juicios y por
el contrario llenas de posibilidades.
El tema del abandono
del juicio es de suma importancia en el acompañamiento de coaching, debido a
que nunca sabremos si juzgamos correctamente pues para ello uno tendría que ser
consciente de una gama inconcebible y vasta de cosas pasadas, presentes y
por venir, habría que reconocer de antemano todos los efectos que sus juicios
podrían tener sobre todas las personas y sobre todas las cosas que de alguna
manera estén involucradas en ellos. Y tendría que estar seguro de que no hay distorsión
alguna en su percepción, para que sus juicios fuesen completamente justos con
todos sobre los que recae, solo alguien con delirios de grandeza cree que sus
juicios son los correctos y en ningún tipo de relaciones interpersonales debe
haber esa postura de superioridad y en este caso específicamente es totalmente
desfavorable para el avance, en virtud de que en este proceso se camina al lado
del cochee en un mismo nivel exento de preponderancias.
Juzgar es ser
deshonesto, pues es asumir un papel que no nos corresponde, es imposible juzgar
sin engañarse a uno mismo, implica que te has engañado con respecto a las
personas que te rodean, involucra además falta de confianza y si la pierde, el
aprendizaje se malogra, sin juicios todas las cosas son igualmente aceptables,
un coach no puede juzgar y al mismo tiempo esperar evolucionar. No es difícil
renunciar a los juicios, lo difícil es aferrarse a ellos, en el momento en que
reconoces que es una carga muy pesada que tan solo nos ha hecho tambalear y
hasta caer debajo de ella, podrás abandonarlo no con pesar sino con suspiro de
gratitud.
Ahora bien se dice
fácil y se escribe muy bien sobre lo que debe dejar a un lado un coach al
momento de un acompañamiento en coaching, pero realmente en la práctica tiende a
ser arduo de lograr, pues somos partes de generaciones tras generaciones en la
que se tiende a juzgar, siendo una habilidad tan debilitante y fatigadora pero
que goza de tanta popularidad, sin embargo no importa si tus juicios son
acertados o no, simplemente hay que suspenderlos, ya que al hacerlo estas
depositando tu fe en creencias irracionales, y que independientemente del
juicio que se trate implica abrigar la afirmación de que la realidad esta a tu
disposición para que puedas seleccionar de ella lo que mejor te parezca.
Reconocer lo que eres y lo que son cada persona que te encuentras en la vida,
te permite darte cuenta que juzgarlos de cualquier forma que sea no tiene
sentido, y mejor aun es experimentar esa profunda paz que resulta de estar entre
las personas o contigo mismo sin emitir juicios de ninguna clase. En presencia
del conocimiento de lo que realmente somos y al hacer conciencia de ello, todo
juicio queda automáticamente suspendido, y nos permite evolucionar en nuestra
manera de vivir y de comportarnos con las personas que nos rodean.
En coaching además de
la formación que se requiere para ejercerlo, es indispensable el despertar de
la conciencia personal y abandonar hábitos que deterioran la calidad humana que
poseemos, es aprender a ver todo sin hacer referencia alguna al pasado, pues el
pasado puede arrojar sombras que oscurezcan el presente, se debe contemplar
amorosamente el presente, pues encierra lo único que verdaderamente tiene
importancia, el ahora y con ello visualizar un mundo lleno de seres de luz y a
medida que los contemples en la luz ello hará que seas más consciente de tu
propia luz, esto no es algo que posea una fórmula para sentirlo, ni es un tema
que sea indispensable estudiarlo para poder experimentarlo, cada quien tiene su
propia esencia, su potencial, el maestro interno que permite conectar con la
energía vital en la que se hacen congruentes los pensamientos que albergas en
tu mente. Mas allá de encontrar una caja de herramientas adecuada para ejercer
como coach es importantísimo aprender a conocerse a sí mismo, muchas veces nos
hemos pasado gran parte de nuestras vidas enseñando lo que somos, hemos tenido
sumo cuidado en evitar lo obvio, pero no hay que olvidarse de construir ese
puente interno para salvar la brecha que nos separa de nuestro verdadero Ser,
tan pronto como estemos dispuestos a hacer un ligero esfuerzo por construirlo y
a cruzarlo, estamos literalmente transportados hasta el otro lado y llegaremos a
donde queremos estar y a donde nos aguarda la verdadera esencia de nuestro Ser.
Estar en perfecta
quietud por un instante, cuando el mundo se aparta, y las vanas ideas que
abrigamos en nuestras mentes dejen de tener valor, podremos encontrar esa
conexión con nosotros mismos, en ese instante estaremos en nuestro hogar, en
silencio y en paz, mas allá de las palabras, y como se mencionó anteriormente
no se trata de fórmulas aplicables para seguir un patrón en coaching, sin
embargo en este caso es igual el poder que tiene la respiración en cada ser
humano y especialmente lo que podemos lograr a través la eficiente conexión con
nuestro sistema respiratorio y solo así podemos aquietar la mente, ya que a
través de ese proceso hacemos la desconexión del sistema automático de
pensamiento y nos concentramos en los beneficios maravillosos que nos aporta,
el hacernos consciente de la respiración.
Darnos espacio y
tiempo para respirar más conscientes y disfrutar momentos de silencio permite el
poder estar en estado meditativo, no es necesario concentrarse sino solo
relajarse en sí mismo, dejarte llevar a un estado en el que no haces nada,
cuando la meditación se asienta en ti y sigues el ritmo de la existencia, la
compasión es una consecuencia, surge una de la otra como lo indica Osho en su
libro Compasión, página 23:
“La compasión no se
puede practicar, no es una disciplina ni puedes dirigirla. Esta más allá de ti.
Si meditas, un día, súbitamente te darás cuenta de un nuevo fenómeno, algo
absolutamente extraño que sale de tu ser, es la compasión que fluye hacia la
existencia”
Más allá de la
experiencia de acompañamiento de coaching, de la evolución que el coach debe
tener, de esa conexión consigo mismo, hay un vínculo con una energía superior
que nos guía, que nos ofrece paz que no es de este mundo, que muchas personas
llaman Fuente, Universo, Jehová, o como
en la sociedad mayormente lo conocemos Dios, esa paz es radicalmente distinta
de cualquier experiencia previa, no trae a la mente nada que haya sucedido
antes, no evoca nada que se pueda asociar con el pasado, el pasado sencillamente
se desvanece y la quietud pasa a ocupar su lugar.
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