Mariana Barreto
Edilmar Duque
Alberto Fuenmayor
Elimar Fumero
Heidy Gutiérrez
Muchas veces
permitimos que nuestras creencias limitadoras frenen y obstaculicen nuestros
objetivos que nos llevarán al logro de metas. Nos
preguntamos tantas veces por qué
siempre nos sucede lo mismo. Por qué mejor no nos preguntamos cuáles son
nuestros pensamientos. En mucho de los casos esta respuesta se encuentra en
nuestras creencias limitadoras, que vienen dadas por nuestra cultura, patrones
aprendidos de nuestros padres, abuelos, imposiciones de la sociedad, y
podríamos seguir enumerando muchas otras
causas que generan estas creencias, tan nefastas para lograr nuestras metas.
Esto continuos tropiezos generan miedo a las potencialidades que tenemos y que desconocemos. Nuestras creencias
son los planteamientos que organizan nuestra percepción de manera específica y
coherente. Son las elecciones básicas que realizamos acerca de cómo vamos a
percibir nuestra vida y, en consecuencia, como vivirla. Existe desde relatos
bíblicos, como el caso de Moisés, o el mismo Jeremías, hasta un familiar
cercano o nosotros mismos a quienes sus creencias los han limitado en algún
momento. Y es que apenas nos miramos al espejo inmediatamente procedemos en
auto-evaluarnos. Es allí cuando cuestionamos y dudamos si tenemos todas las
herramientas, la capacidad física, mental e intelectual, a partir de allí erróneamente se comienza a gestar, esas barreras, obstáculos, caminos
pedregosos, que uniendo todos estos elementos matemáticamente dentro una
ecuación, arrojará como resultado una creencia limitante, y empezamos entonces
a creer, que tal vez o casi con todos esos "peros", lograremos en
cumplir el objetivo; y colocamos en marcha la misión, aun con las concepciones
que hemos permitido que hicieran nido en nosotros, y nos retiramos del espejo,
rescatando ese potencial, la
capacidad activa en modo "on",
presta en arrancar, y llevarnos con seguridad, firmeza en cada paso al objetivo
propio comprometido.
Algo muy interesante
de las creencias es que ni siquiera importa si son verdad o no. Lo que importa
es qué tanto las creas. ¿Te ocurrió alguna vez que creíste algo que te puso
furioso y después te diste cuenta que no era verdad? Por más que no haya sido
verdad, por un momento lo creíste y te afectó de todas maneras. Es hora de
aprovechar esto pero en el sentido inverso. Empezaremos por definir y
ejemplificar las creencias limitadoras y
las potenciadoras.
Existen creencias limitadoras (juicios de
factibilidad) y hay creencias
potenciadoras (juicios de posibilidad). Están muy relacionadas a los
pensamientos positivos y negativos. Identificar las creencias limitantes y
transformarlas en potenciadoras (o bien, posibilitadoras o empoderantes) es un
gran paso para realizar los cambios necesarios para lograr tus metas y sueños
en cualquier aspecto de tu vida. Las
creencias limitadoras suelen estar relacionadas con: Posibilidad. Creemos
que alcanzar el objetivo es imposible. Capacidad.
Creemos que no somos capaces de lograrlo. Merecimiento.
Creemos que
no nos merecemos conseguirlo. el
mayor problema que causan las creencias limitantes es
que te obligan a actuar por debajo
de tu potencial. Lamentablemente el sistema educativo actual, y
la sociedad en la que vivimos, no fomentan precisamente los talentos de las
personas, ni su potencial. Ni siquiera fomentan el hecho de descubrirlos. Al
contrario, los aplastan. Aplastan los talentos y aplastan a las personas
inculcándoles falsas creencias sobre sí mismos: creencias
limitadoras.
Los seres humanos
comienzan a sufrir las consecuencias de
las terribles creencias limitadoras. Poco a poco al crecer e interactuar con
otros niños les enseñamos que “las cosas no se prestan”, “si te
golpean defiéndete”, “los hombres no lloran”, “las niñas juegan con muñecas,
los varones con carritos”. Empezamos a pensar que hay profesiones para hombres,
otras para mujeres (creencias relacionadas con el género), que los problemas se
resuelven con la violencia y luego cuando somos adultos nos preguntamos por qué
vivimos en una sociedad machista, homofóbica, racista y violenta.
Algunos ejemplos de
creencias limitadoras:
1.
Para tener éxito emprendiendo debes contar con un
gran capital inicial.
2.
Es mejor tener algo seguro que emprender.
3.
Si ya fracasaste una vez, busca otras opciones más
estables.
4.
Este no es momento para emprender.
5. Necesito
agradarle a todos para poder ser feliz.
6. No puedo ser feliz con una sola mujer.
7. SI gano más dinero seré criticado.
8. Si expreso mis sentimientos seré lastimado/a
9. Si bajo de peso, si me querrán.
Ahora bien, esas
creencias son solo la punta de un iceberg cuya base está llena de miedos,
complejos, inseguridades y prejuicios que nos “vendieron” papá , mamá, las
telenovelas, las canciones, el cine , entre otros.. Las creencias limitantes son aquellas que nos atan al pasado o
nos condenan a vivir en la ansiedad de un futuro del cual tenemos miedo. Sin
duda nos impiden vivir plenamente en el ahora, no expresamos lo que sentimos,
nuestras capacidades se ven atadas, no tenemos iniciativa por ese mismo miedo
que tenemos. Mientras que las creencias potenciadoras son aquellas que generan
pensamientos y emociones facilitadores y activan capacidades y conductas
expansivas para vivir la vida que deseas. Te permiten vivir el aquí y el ahora,
sostener una actitud flexible frente a la vida, estimular la coherencia, disfrutar
de los logros, generar aprendizajes de los fracasos y desarrollar la confianza
y la seguridad personal.
Algunas
creencias potenciadoras son:
·
No hay fracaso, tan sólo aprendizaje. El
fracaso es sólo un juicio sobre los resultados a corto plazo. Que no hayas
alcanzado el éxito sólo significa que todavía no lo has conseguido.
·
Tenemos todos
los recursos que necesitamos o podemos crearlos. No hay personas sin
recursos, tan sólo hay estados mentales sin recursos. Nuestra sabiduría
profunda está esperando ser descubierta.
·
Todo comportamiento tiene un propósito. Siempre
nos estamos moviendo hacia alguna clase de objetivo, aunque no nos demos cuenta
de ello. Márcate tus propios objetivos, no dejes que otros lo hagan por ti.
·
Tener alguna opción es mejor que no tener
ninguna. Encuentra las opciones, que mejor se adapten a tus valores, y
síguelas.
·
Lo estás haciendo lo mejor posible y puedes hacerlo
aún mejor. Las creencias, valores y estímulos que recibimos constituyen la
materia prima de cómo percibimos el mundo. Está en nuestra mano girar el
catalejo para ver las cosas desde otro punto de vista.
·
Creamos nuestra propia realidad. Las respuestas
a tus preguntas deben salir de ti mismo.
·
Yo puedo crear valor donde quiera que trabaje
·
Yo tengo la capacidad de enfrentar y superar
cualquier desafío
·
Yo tengo habilidades únicas como persona y
como profesional
·
Yo soy un líder
·
Yo tengo poder de influencia en las personas
·
Yo estoy a cargo de mis decisiones y
emociones
·
En cada momento de mi vida voy a crear algo
positivo y valioso.
·
Yo merezco un trabajo desafiante que explote
al máximo mis capacidades Tengo infinito potencial para desarrollar y explotar.
Para incorporar estas creencias no alcanza
con leerlas una vez. Debemos repetirlas reiteradamente. Pero más importante que
la repetición es la emoción. Programa tu mente, con
hechos que tu mismo o en colectivo has logrado en y que aún cuando existió una limitante, que eso solo
se convierta una advertencia, pero no el ultimátum, para no llegar al objetivo. No te acostumbres en abortar misiones con
excusas que no tiene fundamento. Siempre te van aparecer personas, que cuando
estés en pleno fragor de la batalla en
cumplir tu meta, en decirte:
1ero.- No podrás lograrlo; cuando vean que ya
llevas las bases del objetivo, se acercaran y te dirán.
2do.- Como Hacerlo. Y
ya, cuando este en el podio de primer
lugar con la corona de laurel en tu cabeza y descorchando una botella de
champagne, te dirán.
3ero.- Sabia que lo podías hacer. Ten mucho cuidado con lo
que registra tu cerebro, el lenguaje que manejas, ya que la mente es muy
sensible, tanto que aun lleva, aquellas palabras dicha por aquella profesora,
aquel viernes a tan solo a cortos minutos para disfrutar un fin de semana,
mirándote a los ojos, estando tu sentado en un pupitre, sintiéndote indefenso y
solitario frente a eminente autoridad en decir: "Usted no sabe escribir y
nunca aprenderá".
Esa palabra Nunca,
se convierte inmediatamente el fantasma de castillo, que aparece cuando
empezamos a diseñar nuestra meta, y siendo este el saboteador,
que nos genera miedos y dudas en poder concluir lo planteado.
Cómo saber si me creencias son limitadoras o potenciadoras?
Utilizando los fundamentos de la Programación Neurolingüística (PNL):
pensamientos y emociones. Supongamos que identificaste la siguiente creencia:
“La vida es dura”. Entonces, ahora tienes que preguntarte:¿Cómo me siento
cuando pienso que la vida es dura?¿Qué pienso de mí? ¿Qué siento por mí?¿Qué
pienso de la vida? ¿Qué siento por la vida? ¿Cuál es la emoción que me domina?¿Qué
otros pensamientos vienen a mi? Esta creencia ¿qué me impide hacer? ¿Cómo sería
tu vida sin esta creencia? ¿Cómo te sentirías? ¿qué harías?.Las respuestas de
cada una de estas preguntas te harán entrar en consciencia si se trata de una
creencia limitante o potenciadora para tu vida. Por
eso resulta relevante adoptar creencias potenciadoras que nos produzcan una
sensación de total certidumbre en lo que hacemos.
En este
sentido es importante destacar
que esta clase de creencia nos permitirá expandirnos y emprender las
acciones necesarias para engrandecer nuestra propia vida y la de aquellos que
nos rodean. Empecemos hoy a desarrollar el hábito de enfocar la atención sobre
las consecuencias que tienen las creencias en nuestra vida. Tomemos el control
de los acontecimientos y subamos al siguiente peldaño de realización. La
calidad de nuestra vida depende plenamente de ello.
El famoso genio Albert Einstein decía "La Locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes".
Y le agregamos, por lógica, que no podemos esperar resultados distintos si
continuamos pensando igual y por consecuencia actuando del mismo modo. Decirte a ti mismo ES POSIBLE, YO PUEDO Y ME LO MEREZCO te aporta confianza y energía para realizar
las acciones que te permitan alcanzar
tus metas y sueños. Para Dyer (2006) , padre de la
Inteligencia Emocional las creencias juegan un papel fundamental, es por ello
que señala: “Si
cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”.
Finalmente, podemos decir,
vivamos nuestra vida en el presente,
vivamos la vida que queremos y no la que
otros nos impongan, no pospongamos las tareas, hagamos un viaje de
transformación, amémonos, vamos a llenar ese vaso de creencias potenciadoras.
Todo esto nos ayudará a liberarnos de creencias limitadoras que nos atan y
que nos hacen esclavo de una realidad que no es. Tenemos muchas cosas
por hacer, muchos sueños con piernas. Así que hoy es el día para comenzar. El
ahora no espera, el ahora es hoy.
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