María Alejandra Gasia
En el dinámico mundo
de hoy, es preciso que las Organizaciones tomen consciencia de la importancia
de la formación de su talento humano y como este puede marcar considerablemente
la diferencia en el éxito de sus procesos, productos y servicios. Es por ello
que las mismas suelen recurrir a diferentes Entidades Didácticas en busca de
cubrir las necesidades de desarrollo y aprendizaje en las diferentes áreas que
la componen, específicamente en competencias blandas que aporten valor
personal, según su planeación periódica y detección aplicadas a los
colaboradores que hacen vida dentro de ellas.
Múltiples cursos,
talleres, charlas, entre otras, son impartidas con cierta regularidad a fin de
tener al personal actualizado y preparado para las distintas exigencias a las
que son expuestas día a día; sin embargo, y es relevante mencionar, gran parte
de esta enseñanza no deja mayor huella dentro de los trabajadores, quizás
porque en muchos casos no les queda clara la aplicabilidad de lo aprendido o
porque sencillamente no se da el aprendizaje significativo, que lleve a cada
persona a realizar un trabajo reflexivo o de internalización que lo encamine a
tomar consciencia tanto de sus fortalezas como de sus áreas de oportunidad y
por ende ejecutar cambios trascendentales en forma consciente y deliberada.
En este sentido, la formación impartida debe estar orientada a que se operen estas
variables de aplicabilidad y reflexión en el equipo de trabajo, empleando
estrategias que detonen en los involucrados el ver más allá del mero
aprendizaje, que en la mayoría de los casos se olvida o queda plasmado en el
papel.
Para ello se propone
mediante este artículo, hacer un análisis del Ciclo de Kolb como estrategia de
aprendizaje en el ámbito empresarial, ya que como es sabido dicho autor toma en
consideración el aprendizaje basado en la experiencia, lo que sin duda alguna
genera una nueva perspectiva en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Para David Kolb, las
capacidades de aprendizaje oscilan entre el ser activo y reflexivo y entre el ser inmediato y analítico, en
virtud de las diferentes percepciones o capacidades de los participantes en el
proceso experiencial, dicho aprendizaje se desarrolla en cuatro etapas, que
vienen a constituir el aprendizaje eficaz.
Sin embargo, como el
objeto del presente artículo es dilucidar el valor que el modelo de David Kolb
pudiera aportar en los procesos de formación a nivel empresarial, no se
conceptualizarán cada uno de ellos; no obstante si se hará una breve
descripción de cada aspecto, de forma de irnos adentrando en la esencia del
tema en cuestión.
Tal y como se deduce el
Ciclo de Kolb nos lleva a reflexionar acerca de la importancia en determinar los
diferentes modelos de aprendizaje en los procesos cognitivos de los
involucrados en la formación, con el objeto de optimizarlos o adaptarlos a las
diferentes necesidades.
Por ello Kolb deduce
que las personas con un estilo de aprendizaje Convergente o también llamados
“Pragmáticos”, los determina una marcada aplicación práctica de las ideas. Las
personas con este tipo de aprendizaje se encuentran dentro del cuadrante de la
Experimentación Activa lo que los lleva al empleo de teorías en la resolución
de conflictos o toma de decisiones y la conceptualización abstracta o su propia
representación del mundo. Dichas personas son ideales para actividades de tipo
manual, llevar a cabo proyectos prácticos o sistematizar la información.
El estilo Divergente o
“Reflexivo”, son personas altamente creativas e imaginativas. Estos se ubican
entre la Experiencia concreta o su contacto con situaciones reales y una
Observación Reflexiva lo que les da la facultad de realizar observaciones desde
diferentes puntos de vista en forma imparcial. Indiscutiblemente estos
colaboradores son más productivos en contextos donde se amerite dar nuevos
enfoques a una situación, ya que estos basan sus observaciones en similitudes,
lo que los lleva a predecir resultados con bastante exactitud.
Los Asimiladores o “Teóricos”,
por ende su razonamiento es inductivo y son útiles para la creación de modelos
teóricos, la investigación o la planificación. Basan sus apreciaciones desde
diferentes perspectivas o puntos de vista, en virtud de que el cuadrante al
cual pertenecen se encuentra entre la Observación Reflexiva y la
Conceptualización Abstracta. Dicha
aptitud los hace sobresalientes en ejecutar análisis y realizar investigaciones
en diferentes áreas, así como también en estructurar ideas, ya que la visión de
re-encuadrar posiciones y su interpretación del entorno les facilita dicha
labor.
Por último, los
Acomodadores, también denominados “Activos”, son personas que gustan de las
nuevas experiencias, así como involucrarse en proyectos encauzados a la acción,
preferiblemente a corto plazo. Están ubicados entre la Experimentación Activa y
la Experiencia Concreta; características
que los hace ideales para el trabajo en
equipo y llevar discusiones amenas, en algunos casos haciendo uso de gráficos y
medios audiovisuales que ayuden la comprensión de la disertación.
De todo lo
anteriormente expuesto se puede dilucidar el aporte de Kolb al clasificar los
tipos de aprendizaje y descubrir, por tanto, las áreas donde cada individuo
optimiza sus capacidades y por consiguiente de gran valor para las
organizaciones, ya que mediante el mismo no solo se reclutaría y seleccionaría
al personal más idóneo, sino que se aprovecharía al máximo las fortalezas de
los mismos, en los diferentes Departamentos donde éstos emplearán sus talentos
en favor de los objetivos comunes de la Empresa y donde por supuesto serán
mucho más productivos.
El Ciclo Kolb, sería
de indudable aporte como herramienta para todos los gerentes, supervisores,
coordinadores o cualquiera que tenga personal bajo su dirección, en virtud de
que además le permitirá detectar el tipo
de aprendizaje de cada uno de los miembros de su equipo de trabajo, siendo este dato un aporte de gran relevancia
en los formatos de Detección de Necesidades (DNS) de forma de que estás puedan
constituir una referencia importante en la Planificación de la formación del
Personal y posterior medición del Desempeño de cada involucrado.
Si algo enfatiza
Kolb, es el reconocimiento de la diversidad y a su vez nos lleva a un proceso
de reflexión de por qué la mera enseñanza tradicional no ha dado los frutos
esperados; dicho autor nos menciona dos contribuciones principalmente: 1) Cada
individuo aprende de forma diferente y 2) Cada individuo tiene diferentes
capacidades en base a su manera de aprender y procesar las experiencias
vividas.
En la medida en que
el mundo organizacional disgregue e identifique estas características en el
talento humano que la compone, más oportunidades tendrán de adecuarse al
competitivo mercado del cual forma parte y más opciones de sobrevivir al
entorno tan cambiante que compone en la actualidad pertenecer al lado
productivo de la sociedad.
Una Empresa que
valore y reconozca la diversidad en el aprendizaje de todas sus partes
integrantes, eslabones o engranajes, que dan funcionamiento a una dinámica
general y por ende reconozca que cada de ellas es fundamental en el resultado
final o alcance de sus objetivos; indiscutiblemente se encontrará encaminada al
proceso continuo de mejora y abierta al cambio, mediante una transformación
perenne y consciente que le permitirá no solo elevar u optimizar sus procesos
internos sino también percatarse de los errores o decisiones que no están dando
los resultados esperados y poder realizar los ajustes convenientes en pro de las
metas trazadas y de la visión estratégica del negocio.
Tal y como dijo en
una oportunidad Eric Hoffer, reconocido escritor y filósofo norteamericano “En
tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del
futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados
para un mundo que ya no existe”;
solo bastaría agregar que en la medida de que este aprendizaje sea
significativo, el futuro estará más próximo y más probabilidades tendrán de
permanecer en el tiempo.
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