Maria Auxiliadora Vásquez
Laura
Franco
Ana Rita
Gutiérrez
Ana Cristina
Mendoza
Brigitte Rodríguez
En la
sociedad del siglo XXI, era del conocimiento, de los avances tecnológicos, de
las nuevas ideas, en la cual nuestros estudiantes, cada vez más, se hacen capaces de aprender por sí solos, lo que
convierte la práctica docente en una tarea más difícil, siendo así, cabe
preguntarse, ¿cuál es el papel que jugaremos los docentes en esta situación?
Al sistema educativo le urge
ir a la vanguardia de los cambios acelerados con los que viven los estudiantes,
por eso el abordaje del coaching en la docencia tiene una doble vertiente en
cuanto al aprendizaje. La del docente, en relación a las técnicas de desarrollo
personal para mejorar sus propias competencias, habilidades y actitudes que le
aporten mayor calidad de vida y sobre todo la satisfacción en su quehacer. Por
otra parte, la mejor manera de acompañar
a los estudiantes en su proceso de
aprendizaje, que para los docentes inmersos en el coaching, es el manejo de las características esenciales, de
tal manera que, puedan facilitarles la formación en las habilidades y
conocimientos que ellos requieren.
La adquisición y/o
reforzamiento de habilidades personales, enmarcadas en la inteligencia
emocional ayudarán a establecer y construir de manera adecuada la relación del
docente con sus estudiantes y entre ellos, partiendo del hecho de que el
coaching es el arte de facilitar cambios en sí mismo y en los demás.
Los Docentes al asumir esta metodología se sienten más motivados,
resuelven mejor los conflictos, amplían sus conocimientos y la capacidad de
auto gestionar; muestran de forma más efectiva los procesos de enseñanza y
aprendizaje, al desarrollar y acompañar la mejora en la calidad del rendimiento de los estudiantes, a
través del darse cuenta de su responsabilidad y viviendo las acciones que
finalmente modificarán su contexto de acción.
Podemos
decir que el docente coach motiva,
anima, escucha y sobre todo acompaña al estudiante a convertirse en
protagonista de sus decisiones hacia la acción para conseguir los objetivos
fijados.
Para
esto se hace necesaria la empatía, una relación de confianza
mutua y de comprensión, el establecimiento de una comunicación libre de
juicios, distorsiones o malos entendidos, con el objetivo de tener una escucha
sana. En la educación, el rapport, la sintonía o empatía es esencial para
establecer una atmósfera de confianza y participación, donde el estudiante en
proceso de formación, pueda entregarse libremente al proceso educativo asertivo
y efectivo que garantice un mayor aprendizaje para el logro de objetivos
planteados, teniendo como propósito incrementar las opciones, ya que un
individuo con más alternativas tiene el control.
El Rapport como herramienta
de comunicación esencial que crea sintonía y conexión con la otra persona,
permite al docente tomar el liderazgo
guiando a sus estudiantes, como dice la P.N.L, hacia un estado de plenitud
de recursos personales, haciendo que la persona se sienta entendida, a través
de una comunicación, principalmente no verbal, que le ayude a considerar que
ambos tienen la misma visión del mundo. El Rapport ayuda a crear un entorno que maximiza las oportunidades de
indagar, experimentar y hacer consciente el propio aprendizaje.
En el dinamismo de aprender,
la comunicación es esencial y si se ha
logrado establecer el rapport, el proceso de adquisición y la eficacia de las
acciones que se tomen para cuestionar, ampliar y adquirir nuevos conocimientos,
solo dependerán entonces, de la calidad
de las preguntas que se planteen.
Considerando que las
preguntas pueden servir para que el coaching y en este caso el docente recabe
información y se haga una idea de la situación , pueda profundizar en las ideas
y sentimientos de sus estudiantes, para conocerlos mejor e indague qué quieren,
por qué lo quieren y qué les impide lograrlo, dentro del marco de sus creencias
y valores De allí que el Docente debe formular las preguntas, de tal manera
que, el mensaje llegue bien al receptor, por eso debe ser como señala Abou:
corta, clara, precisa y adaptada.
Las preguntas potenciadoras
requieren de la escucha profunda a la respuesta para que al generar otra
pregunta o metapregunta, esta sea realmente desde el acompasamiento y calibración de lo expuesto, verbal y no verbalmente por el otro. Solo entendiendo el mapa
del otro, su marco de referencia y que además, lo sienta así, habrá
respuestas y preguntas realmente
potenciadoras que proporcionen confianza y honestidad en la comunicación.
La escucha profunda comienza
por el respeto, teniendo presente que eso implica ir más allá de las palabras,
descubrir la estructura profunda de su lenguaje y atender sus silencios, sus
ideas y emociones. Es la escucha, libre de juicios y empática, la que va a facilitar entre el docente y el
estudiante el establecimiento de una comunicación que busca entender el estado
presente, con el bagaje de sentimientos, desde su sistema de creencias con sus
significados, para un acompañamiento efectivo por parte del docente coach hacia
el estado deseado del estudiante. En consecuencia, la escucha del docente es
profunda cuando acepta humildemente que no tiene toda la verdad y que necesita
estar abierto a la realidad de los otros para identificar una totalidad que, en
algunos casos, se diluye.
Si en todo este dinamismo de
aprendizaje y crecimiento en el ámbito educativo desde el coaching, se
considera como elemento esencial el feedback, se estará ampliando la capacidad
de comunicar y reforzar las acciones correctas para agregar valor y las incorrectas
para re-orientarlas, siempre en función del alcance de los objetivos. Así pues,
el establecimiento de rapport, la escucha activa y profunda, las preguntas
poderosas y el feedback son herramientas internas claves en el proceso de
coaching, potenciadora de una práctica docente exitosa.
Tomando en cuenta que el
coaching crea condiciones para el cambio y para
ello se requiere de una comunicación precisa, específica, mesurada, serena y
congruente (verbal y no verbal) y que muestre respeto, el feedback es importante, porque es toda la
información que se obtiene del entorno más cercano, de las señales que envía el
propio cuerpo, así como de lo que experimenta tanto el docente como el
estudiante por su cuenta. Ayuda a ambos a tomar conciencia de sí mismo así como
de sus actuaciones. En la medida que el proceso del feedback permee más el
proceso, habrá mayor conciencia y mejor percepción de la realidad. Por ende,
re-alimentar, recuperar lo aprendido y lo experimentado para fijarlo en la
conciencia y potenciar la responsabilidad individual lleva a una mejora en el
rendimiento personal de los estudiantes.
Así, cuando el docente como
ser generador de transformación hacia el bienestar, asuma que cada paso en este estilo del coaching contiene una totalidad en sí mismo, y ésta a
su vez supone un nuevo lenguaje, el proceso sistémico del aprendizaje será una
poderosa generación de diversas formas de lograr resultados excelentes, en una
amplia gama de campos de la educación, en pro de alcanzar las máximas
potencialidades de él y de sus estudiantes.
El docente coaching no se
centra en la adquisición del conocimiento sino en el potencial de los
estudiantes para que con las herramientas que le son propias lo hagan
sostenible en el tiempo Se centra en crear conciencia, es decir en facilitar
que el estudiante asuma su responsabilidad personal, que se implique con
compromiso, luego de reflexionar sobre sus experiencias para aprender de ellas,
porque es así que se va a ser apto para resolver situaciones y por ende más
libre para tomar decisiones, fijarse objetivos estableciendo estrategias y
acciones factibles.
El docente coaching requiere
entonces de cualidades como paciencia, escucha, imparcialidad, brindar apoyo,
mostrar interés por cada uno de sus estudiantes. Eso requiere en el lado del
coach un profundo cuidado, un deseo autentico de servir.
El modelo Coaching permite
complementar nuestros procesos de aprendizaje incorporando la experiencia
humana a través de la fusión de los aspectos internos y externos de la
realidad. Tiene el poder de aproximarnos a la racionalidad sin perder el poder
cognitivo de las emociones, mientras nos permite jugar con una pluralidad de
perspectivas en el mejoramiento de las técnicas a utilizar para el desarrollo
de competencias, y así mismo, acompañar al estudiante en el proceso de
enseñanza y aprendizaje acercándolo a la complejidad infinita de la realidad.
“Yo
no puedo enseñaros nada,
sólo puedo ayudaros a buscar el conocimiento
dentro de vosotros mismos,
lo
cual es mucho mejor que traspasaros mi poca sabiduría”
Sócrates
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