lunes, 6 de agosto de 2018

HERRAMIENTAS DE COACHING… ¿PARA QUÉ?

Dr. Francisco Valdivieso Arcay
En el Post anterior, introdujimos el tema de las Herramientas en el ejercicio del Coaching. En este artículo hablaremos de las ventajas de tener un repertorio de maniobras que nos permitan dinamizar las sesiones de Coaching que realizamos en términos personales o colectivas, esos procesos activadores que en momentos en los que nuestros Cocheés se quedan detenidos y parece que han agotado sus opciones, impulsan una nueva visión productiva de pensamiento generativo.
También haremos una reflexión acerca de su uso indiscriminado, excesivo, inoportuno e inadecuado, que puede llevarnos en lugar de agilizar la dinámica de la sesión desviarnos hacia derroteros insospechados e inconvenientes.

Comenzaré apelando a mi propia experiencia, que es habitual iniciarse como Coach sin el conocimiento de la existencia de Herramientas que nos puedan asistir en ese proceso conversacional que define al Coaching. Pero en el camino de la praxis y la formación complementaria, descubrimos que hay algunos procedimientos que trascienden a las habilidades que debe poner en práctica el Coach de manera permanente (Rapport, Escucha Profunda, Preguntas Poderosas, Feedback y Creación de Conciencia); y de los momentos procedimentales que el modelo clásico de Coaching prescribe (Acuerdos, Asunto, Objetivos, Realidad, Opciones y Compromisos).
Esos procedimientos o maniobras que pudiéramos denominar “accesorias” es lo que usualmente llamamos Herramientas y vienen a constituir un plus que el Coach puede activar de manera eventual cuando se requiere provocar a respuestas ante la manifiesta inacción del Cocheé. A título de definición, llamaremos en este artículo a los ejercicios, actividades lúdicas, técnicas, dinámicas que se plantean al Cocheé en las sesiones con el propósito de activar la cantidad y/o calidad de las respuestas.
En este tenor, las Herramientas en Coaching, representan un complemento que el Coach puede usar para optimizar su acción de vinculación durante las sesiones. Eso implica que a diferencia de las Habilidades que son ineludibles, éstas pueden considerarse “accesorias”, pero no puede dejar de reconocerse que son un valor agregado de relevante utilidad que potencia el acompañamiento.
Su utilización dependerá de múltiples factores: el estilo del Coach,  el conocimiento cabal que este tenga de la herramienta, la naturaleza del Asunto que se esté tratando, las características particulares del Cocheé y la pertinencia específica con el momento del modelo que transita.

Lo importante es utilizarlas con Propiedad, Seguridad y cumpliendo con el Protocolo que cada Herramienta prescribe, esforzándose por crear la magia de su activación. De lo contrario es muy común que no cumpla con los propósitos que se propone.
Tropezar con Coaches en formación que al comienzo de su práctica profesional dominados por la pretensión de tener herramientas de Coaching que le funcionen cual varitas mágicas es común.

Las Herramientas que usamos en Coaching derivan generalmente de otras disciplinas: de la Programación Neurolingüística, de la Psicología Positiva, de la Creatividad, de la Gestalt, del campo Empresarial, del Deporte, de la Educación. Por eso se ha requerido operarlas a través de adaptaciones que permitan que se cumpla su cometido dentro de un contexto de acompañamiento y no de la prescripción.
Las Herramientas suministran cuantiosos beneficios en las sesiones, pero a la par, su utilización dispendiosa  e inadecuada puede acarrear algunos riesgos.
Pueden reportar excelente apoyo al plantear al Cocheé la posibilidad de vivenciar desde lo visual, lo auditivo y lo kinestésico, o cuando sus  mecanismos simbólicos auxilian para crear conciencia.
Sirven de anclajes y evocación para que el Cocheé pueda darse cuenta de un detalle que no advierte. Son maniobras muy viables para restablecer la comunicación y suscitar la participación, especialmente cuando se trabaja en colectivo. Ayudan a distender momentos de tensión porque proporcionan un puente para el uso del humor. Pero tal vez su beneficio más notable está en la posibilidad de auxiliar para mover al Cocheé cuando está bloqueado.

Pero de la misma forma, su uso excesivo e inoportuno, reviste algunos peligros. Estos riesgos los corremos cuando, las planteamos sin un objetivo definido y operan entonces de manera independiente del asunto. Cuando la Herramienta toma el protagonismo de la sesión por encima del Coacheé, el Coach se concentra el ella y pierde conexión con el cliente. Cuando se administran las Herramientas sin respetar la formalidad de su protocolo de uso. Cuando utilizamos Herramientas como un dispositivo para dirigir al Coacheé hacia una posición con visión interesada, Cuando aspiramos que la Herramienta por si sola sea el factor de cambio en el Coacheé y perdemos de vista que sólo debe ser un camino por donde transitar. O cuando las usamos como un factor para “llenar espacios” durante la sesión.  
El coaching no es algo teórico, sino una profesión o actividad profesional. Por tanto, su práctica no requiere conocimientos en un área específica, lo que sin duda demanda es de Habilidades y Herramientas. El aprendizaje de las Herramientas de coaching tiene, por tanto, más que ver con la adquisición de destrezas que con la comprensión de problemas o la acumulación de conocimientos.
También es importante ser conscientes de que, en general, el conocimiento conceptual está fácilmente disponible en libros e Internet, y puede ser rápidamente adquirido o memorizado. En cambio, las Habilidades y Herramientas requieren de una práctica sistemática en diversos contextos.

Esto es lo que solemos denominar “experiencia” o el “saber hacer”, que requiere ser practicada una y otra vez hasta convertirse en el repertorio del Coach que posee estas habilidades. Podría ser engañoso pensar que un amplio grupo de Habilidades o Herramientas, le da la cualidad profesional y competencia al Coach.
El coaching efectivo no se mide por la cantidad de herramientas que se usen, sino en conseguir crear un entorno para que el o los Coaches se desarrollen a su manera y según sus propios parámetros, el punto está en no ser un Coach inductor o guía, que pueda perturbar su exploración y el desarrollo original y totalmente personal.

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