Dr.
Francisco Valdivieso Arcay
Seguramente en algún momento se han planteado metas y objetivos pero, ¿Los
han formulados correctamente? Hacerlo, en muchas ocasiones, puede marcar la
diferencia entre alcanzarlos o naufragar en el intento. Con este artículo se
pretende justamente eso, mostrar como enunciar adecuadamente los objetivos.
En primer lugar se debe medir el tamaño del objetivo. Si éste es
demasiado amplio, es frecuente que su logro se haga difícil. Una buena medida
es, dividirlo en sub-objetivos lo suficientemente pequeños, como para
alcanzarlos con la certeza de que se lograrán al cien por ciento. Cada uno de
estos sub-objetivos deberá formularlos de una misma forma. Una buena técnica
puede resultar SMART.
En segundo lugar, los objetivos deben estar siempre formulados en términos
positivos.
Veamos un ejemplo: Imagínate que vas a participar en una
competencia y tu objetivo es “no quedar en
el último lugar”. ¿Dónde estás poniendo el énfasis? Justamente donde no
quieres quedar, en el último lugar. ¿Qué genera eso emocionalmente? Probablemente
de abatimiento y stress por no querer ser el último.
Otro ejemplo: Imagínate que tienes estacionar tu carro entre dos
columnas. Una formulación en términos negativos apuntaría: “no rayar el carro con las columnas”. Nuevamente, ¿Dónde se está colocando
el foco? Otra vez, exactamente en lo que quiero evitar. ¿Crees que en ambos
ejemplos disponemos del mejor estado emocional para alcanzar el objetivo? Opino
que no, al contrario, los estados emocionales asociados al stress son los peores
enemigos de la eficiencia.
Entonces, lo más eficiente es enunciar los objetivos en positivo,
siguiendo con los ejemplos arriba formulados: “Llegar en el primer lugar de la competencia” y “Estacionar correctamente entre las dos columnas”,
tendrán mayor factibilidad de ser alcanzados porque se puso el énfasis en lo
positivo del logro y no en lo negativo que obstaculiza. Cuando estoy en el lado positivo del alcance ¿Cómo
será el estado emocional? Más tranquilizado, precisamente lo que se necesita asumir
la acción de alcanzarlos con mayor eficiencia.
Veamos cómo podemos ayudar a esto
con la Técnica SMART:
La S significa específico (specific en inglés).
Los objetivos deben ser lo más específicos y detallados que se pueda. El
cerebro de quienes tienen que lograrlos debe
entender, sin ningún tipo de tergiversación, que es lo que se quiere conseguir.
Si se enuncia como objetivo “Sostenerse con un proyecto de
emprendimiento” (qué bueno ¿verdad?). Este objetivo, tal y como está formulado,
es poco específico. Estaría mejor que detallaras parámetros como: ¿Cuánto
quieres de ganar? ¿Cuántas horas quieres trabajar? etc. Hacerlo te ayudará, una
vez formulado, a concretar mejor tu plan de acción.
La M significa medible.
Todo objetivo debe ser perfectamente medible. Deberás marcarte los
parámetros necesarios para saber que están yendo por el buen camino y que
definitivamente, cuando así sea, lo has conseguido.
Un ejemplo: Este trimestre aumentar las ventas en un 3% con respecto al
anterior. Tan solo tendrás que saber cuáles fueron las ventas del anterior
trimestre y calcular el 3%. Así sabrás que lo has conseguido. Particularmente
yo prefiero facilitar esto en la formulación del objetivo, es decir, hacerlo
más fácil para tu cerebro. Si las ventas del anterior trimestre fueron de
1.000.000 Bs. el objetivo sería “vender este trimestre 1.030.000 Bs.”
La A significa alcanzable.
Antes de acometer el objetivo deberás buscar evidencias que ten hagan
pensar que es totalmente alcanzable. Si crees que no lo puedes conseguir es
posible que no lo consigas, es lo que llamamos profecía auto-cumplida. En la
medida que no creas en tus posibilidades, generarás un estado emocional poco
favorable. Además, tus acciones a nivel inconsciente te boicotearán para no
conseguirlo.
Imagine que tiene como objetivo vender a un cliente difícil y piensas
que es imposible que te compre. ¿Cuál es tu estado emocional con ese pensamiento? Con
ese estado emocional. ¿Cómo crees que será tu proceso de venta?¿Crees que
hablarás con fluidez?¿Crees que negociarás con normalidad?¿Crees que estarás
abierto a descubrir sus necesidades? Tu estado emocional mermará
sustancialmente tus capacidades como vendedor y como consecuencia de ello,
reducirá drásticamente tus probabilidades de venta. Y ahora la pregunta
esencial: ¿quién ha provocado ese estado emocional? Efectivamente, tú mismo al
pensar que no te comprará. Ahora comprendes lo que es una Profecía auto-cumplida.
Preguntas como estas te pueden ayudar a clarificar si un objetivo es
alcanzable o no: ¿qué me hace pensar que es imposible? ¿Alguien más lo ha
conseguido? Si es así ¿Qué me impide no conseguirlo yo?
La R significa realista.
Que sea alcanzable es una cosa y otra cosa bien distinta es que sea
realista. Es importante que midas tus fuerzas, que seas consciente de los
recursos de los que dispones y los recursos que necesitarás para la consecución
del objetivo. Es importante que tomes consciencia real si esos recursos que
necesitas están en tu mano.
Un ejemplo: yo quiero ser el número uno en el ranking de tenis. El objetivo
aparentemente es alcanzable, (siempre hay alguien que lo ha alcanzado) pero
bajo mis circunstancias no parece demasiado realista porque soy con suerte un
practicante aficionado del deporte y ya entrado en años para enfrentarme a
deportistas más jóvenes de calidad profesional. ¿Cuántas horas en plenitud de
facultades físicas se necesita entrenar para llegar a ser el número uno? Ni
tengo esas horas, ni por asomo estoy en esa plenitud física.
Mucho cuidado. Existe una delgada línea entre no ser realista y tener la
creencia de que yo no puedo conseguirlo. Es importante tomar consciencia y
buscar todas las evidencias posibles que te hagan ver que ese objetivo es
realista, pero no te quedes con un “NO PUEDO”.
La T significa temporizado.
El objetivo debe de estar puesto en el tiempo, todo aquello que no
programes, jamás lo harás ¿Lo sabes verdad? Además es bueno que te marques
hitos temporales a lo largo del objetivo. Es decir, si el objetivo está
programado para ser alcanzado en un año, no estaría de más que cada mes fueras
viendo la progresión del mismo y ejecutar acciones correctoras si los
resultados en estos parciales no son los deseados.
Además, una buena medida es tener por escrito los objetivos. Es
bueno que a tu cerebro le llegue toda la información por cada uno de los
sentidos. Al fin y al cabo lo estamos programando para que se ponga a trabajar
en ello. Varios estudios demuestran que el porcentaje de éxito aumenta
significativamente cuando así lo hacemos. ¿Sabes cuantos pensamientos tienes al
cabo del día? 60.000. Definir bien objetivos y ponerlos por escrito, ayuda a tu
cerebro a que, de todos esos pensamientos, se concentre en aquellos que te
ayudan a conseguirlos. Es lo que llamamos poner foco.
A manera de reflexión final, para una buena formulación de objetivos estos deben:
Ponerse en positivo, dividirse en sub-objetivos para que sean asumibles,
ser específicos, ser alcanzables, ser realistas y deben ponerse en el tiempo.
Ahora ya no tienes excusa para no marcarte objetivos. ¿Qué te puede
impedir hacerlo? No hay fracaso peor que no haberlo intentado. Felices
resultados. Espero que te haya sido útil el artículo
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