Cabrera, Ylsie Karina
Martínez Miriam
Melo Nelly
Pérez, Nayarith
Pizzorno, Guiomarly
Plaza, Mauricio
Es el arte de escuchar más allá del silencio y de los
gestos. Es desprenderse del propio yo para permitirse entender lo que la otra
persona quiere decir. Se fundamenta en
el respeto, ya que no debemos anteponer nuestro criterio, ni emitir juicio.
Para la escucha profunda efectiva, debemos desconectarnos, callando en su
totalidad el dialogo interno y mantenernos al margen de lo que se está
escuchando, solo enfocarnos en lo que el interlocutor expresa. La
escucha tiene cuatro niveles y cuando logramos el nivel de escucha completa,
estamos en escucha profunda
Dentro del proceso de coaching es primordial la escucha
profunda. Si bien todos los aspectos o componentes de
este proceso son importantes, debemos destacar, que si a parte de que lo expresa verbalmente, no se entiende lo que
el coachado guarda en su interior, no se logrará jamás el objetivo, ya que es
justamente en esta etapa donde se vislumbra la realidad del asunto que lo trae
en busca de un acompañamiento profesional.
La escucha profunda, presentan obstáculos como el dialogo interno,
estamos oyendo lo que dice pero en tu mente hay diversos pensamientos; la
tensión muscular, estar estresado, nervioso o tenso, ocasiona incomodidad
física; y la mirada fija, al imponer la mirada directa en la persona que nos
habla se causa tensión. Una de las razones que la hace más difícil de aplicar, es que estamos acostumbrados a
escuchar y emitir juicios al mismo tiempo. Es por ello que debemos poner en
práctica ciertos elementos como la suspensión y el silencio interior, entre
otros.
La suspensión es fundamental para el proceso del diálogo
profundo. Es entender que todo el tiempo no podemos tener la razón, que al actuar de esta manera, no estamos
preparados para atender a un coachado, porque nuestros juicios, creencias y
valores lo impedirán. El coaching
permite a través de la suspensión deslastrarnos de nuestros juicios, perjuicios,
valores y creencias; y así escuchar profundamente al coachado, sin
ruidos que nos perturben en el momento de realizar la entrevista. La suspensión
nos brinda dos opciones: desaprender y
aprender.
Suspender es un concepto del el físico David Ohm, extensamente
desarrollado en su libro On Dialogue, y que significa básicamente dos cosas:
“Poner nuestras ideas y opiniones entre paréntesis,
separándolas de la verdad, y dejando espacio para otras ideas y opiniones”.
Suspender es igualmente difícil porque estamos demasiado
apegados a la imagen que hemos construido de nosotros mismos. Si somos fuertes
no nos gusta que nadie cuestione o destruya esta imagen. Si somos débiles,
tenemos miedo de que esta imagen pueda ser atacada o destruida en cualquier
momento y evitamos toda situación comprometida.
La suspensión no es más
que entender que si espero respeto de los otros, debo aprender a
respetar. Es respetar las ideas y emociones de los demás, sin juzgar ni
emitir juicios valorativos.
El silencio interior pausa nuestra habla y nuestra mente,
permite que estemos en blanco, vacía nuestros
pensamientos, nos prepara para escuchar toda la información verbal, no
verbal que tiene el interlocutor.
“Aprende a estar
en silencio. Deja que tu mente tranquila escuche y se quede absorta”. (Pitágoras 580 – 500 a). “Todas las desdichas del hombre
provienen de su incapacidad de sentarse tranquilamente en una habitación a solas”.
(Blaise Pascal 1623 – 1662)
En estas dos frases, dichas por estos dos grandes
filósofos y científicos, se puede ilustrar la
importancia del silencio y el
valor de la meditación en nuestra vida, tanto a nivel profesional, como a nivel
personal y espiritual. Lamentablemente la práctica de estar a solas y en
silencio no forma parte de nuestra cultura.
Más, si hiciéramos el hábito de
estar a solas y en silencio, nos evitaríamos mucho dolor y sufrimiento, y
podríamos hallar, más fácilmente, la solución a muchas de las situaciones y
problemas que enfrentamos y nos agobian.
Se calcula que una persona normal tiene aproximadamente
80 mil pensamientos por día, 99,00% de los cuales son basura, es decir, no son
pensamientos sustanciales que tengan ninguna utilidad. Dichos pensamientos se vuelven repetitivos en nuestra
mente y no aportan nada nuevo en nuestra vida, cayendo, en la mayoría de los
casos, en obsesión y en pensamientos compulsivos, que no conducen
a nada. Aprender a hacer silencio
interior y a meditar, implica descubrir cómo entrar en los espacios que existen
entre pensamiento y pensamiento: en los vacíos, en los huecos. En este
silencioso espacio podemos disfrutar de una sensación de paz total y en el que
cualquier pensamiento de separación se aniquila.
En la mayoría de los casos, la mente trabaja a ritmo
vertiginoso día y noche. Nuestros pensamientos son una maraña de todo tipo de
preocupaciones, fantasías, problemas de todo tipo, planes y miles de
pensamientos más, como un carrusel que nunca termina, para girar en torno a las actividades
cotidianas y crear una pauta mental que no dejan espacio ni lugar para el
silencio. Esta pauta nos refuerza en
nuestra opinión de la necesidad de llenar esos silencios rápidamente. De lo
contrario sentimos embarazo, rareza y hasta temor. Por consiguiente, aprendemos
a llenar esos vacíos, esos
silencios, con lo que sea, aunque ello no tenga muchas veces sentido. Los
momentos de silencio ocasionan incomodidad, se perciben como difíciles y
procedemos a llenarlos con algún tipo de ruido.
Lo mismo hacemos con nosotros mismos. No estamos
entrenados para el silencio, nos resulta pesado y nos causa confusión. Por lo
tanto tendemos a mantenernos en un diálogo interior, igual que el exterior. No
obstante, en ese lugar para el silencio, debemos dejar que la mente permanezca
tranquila y absorta, así la confusión desaparece y nos elevamos en conciencia.
El silencio interior y la meditación, incide en la calidad de las actividades
que hacemos. Proporciona una sensación de bienestar, de plenitud, una mayor
energía y una productividad más consciente, relaciones más satisfactorias y una
relación más estrecha con la divinidad.
La mente es como un lago: en la superficie ves el
movimiento del agua; sin embargo la superficie no es sino una parte del lago.
Bajo la superficie, en la quietud de las profundidades, conoceremos la verdadera
esencia del lago. Así sucede con nuestra propia mente. Al atravesar la
superficie, llegaremos a los espacios que hay entre los pensamientos y podremos
entrar en los huecos. El hueco es vacuidad total o silencio, y es indivisible.
No importa cuántas veces cortemos el silencio. Esto es lo que significa el
“ahora”. Si quieres entender el universo
o tu propio universo personal, si deseas saber cómo funciona, quédate en
silencio y enfréntate a tus miedos a solas, adentrarte en las profundidades de
tu propia mente.
La práctica del silencio no es exclusiva para
aquellas personas que están en una
búsqueda espiritual, desconectadas de la productividad y las responsabilidades
sociales, sino que por lo contrario, es
una práctica defendida por los que confían en la razón, por los científicos,
los filósofos y por cualquiera que desee verse beneficiado por haberla
incorporado a su vida, como un hábito o una rutina. Para un coach, crear el hábito del silencio interior y de la
meditación es de vital importancia, si es que desea desarrollar la capacidad de
escucha profunda, escuchando desde su centro, no desde la periferia. De lo
contrario corre el riesgo de que su propio bullicio interior cree una barrera
entre él y su cliente y no pueda desconectarse
de su parloteo interno y de sus propias proyecciones. ¿Cómo vamos a
escuchar al otro si no podemos hacer silencio?
¿O, Si la mente, esa loca de la
casa, no los impide con su bullicio interior? Un coach que desee lograr la
excelencia, debe, sin duda alguna, incorporar esta práctica a su vida.
Cada día se ratifica en la humanidad la necesidad de
establecer vínculos de comunicación donde el arte de escuchar fortalezca las
relaciones interpersonales. En el ámbito del coaching la escucha profunda es
una herramienta fundamental. A través de la escucha profunda, nos permitimos
Honrar los límites de la gente. Acá se refleja la
relevancia del respeto. Debe evitarse forzar a las personas a que piensen
diferente. Nuestras experiencias pueden ser diferentes a lo expresado por el
interlocutor, sin embargo se requiere dejar a un lado nuestros paradigmas.
Descubre un maestro en cada persona, en cada situación. Cada individuo o situación promueve un
aprendizaje.
Acepta la diferencia como parte del todo. Necesitamos aceptar que no somos dueños de la
verdad. Es primordial aceptar la diferencia del otro y tener una visión amplia,
no emitiendo juicios. Libera tu mente;
para que se produzca una escucha profunda se deben ampliar los sentidos; el
receptor debe prestar atención al volumen y tono de voz del interlocutor, así
como a la gestualidad. El lenguaje corporal es un canal muy importante.
Empatiza. Se debe establecer un vínculo donde además de
escuchar se trate de comprender lo que expresa el interlocutor. Stephen Covey,
manifiesta que al comprender primero al otro y asumir su postura se entienden
sus sentimientos y paradigmas. De esta manera el hablante se sentirá en
confianza y abierto para expresarse. Por ejemplo, en un acto de promoción de la
Universidad, una de las graduandos al recibir su título se cae frente al
presídium y se siente muy apenada. Tal vez si me acontece esa experiencia yo me
sienta diferente. Sin embargo a pesar de las experiencias diferentes se puede
producir un acercamiento entre ambas partes. Pregunta y re-formula. Es necesario
preguntar para que el interlocutor se exprese de manera abierta y nos dé a
conocer su estado emocional. Si es necesario se re-formula la pregunta, sin
juzgar y sin añadir una interpretación propia.
Algunos de los
beneficios de la escucha profunda son:
- Al crear un clima
positivo la comunicación es más efectiva.
- El interlocutor al
sentirse escuchado se siente cómodo y facilita más información.
- Adquirimos
conocimientos.
- Se detectan detalles
que conllevan a buscar soluciones de determinada situación.
- Se estrecha la relación
entre el que escucha y su interlocutor.
- Buscar la excelencia, debe, sin
duda alguna, incorporar esta práctica a su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario