“EL PODEROSO LENGUAJE SIMBÓLICO DE
LA METÁFORA”
Dr. Francisco Valdivieso Arcay
INTRODUCCIÓN
El lenguaje nos permite
hacer algo que no le está permitido a los demás seres vivos y que representa
trascender el momento presente, y que se puede visualizar en la capacidad de
poder contar aquello que ya aconteció, lo que puede ocurrir y lo que nunca
ocurrió.
En virtud de lo anterior, uno
de los ejes de interés de la Programación Neurolingüística se centra en el
análisis del lenguaje verbal del cliente. Habitualmente nos detenemos en él,
para cotejar si el mensaje expresado contiene la información que se desea
emitir, y a partir de esa premisa básica se utiliza el proceso de para acceder
a la información y los datos faltantes. El lenguaje también es transportador de
las creencias del cliente, y a partir de él detectamos si operan declaraciones limitantes
para su conducta, dogmas productores de síntomas, o si, por el contrario, pueden
ser factores que le facilitan la búsqueda de soluciones; en todo caso, cuando
seguimos esta vía procuramos la búsqueda de criterios de objetivación cada vez
más precisos.
EL PODEROSO LENGUAJE SIMBÓLICO DE LA METÁFORA
En su acepción más original, las creencias son las unidades que
determinan cómo damos significado a los acontecimientos que suceden a nuestro
alrededor. Son todos aquellos juicios o evaluaciones acerca de nosotros mismos,
los demás y el mundo a nuestro alrededor. Por alguna razón constructiva del
propio lenguaje, estas creencias se relacionan usualmente con la pregunta ¿Por
qué? En términos de la Programación Neurolingüística, las creencias se consideran
generalizaciones sobre las causas, los
significados y los límites. Todos nosotros funcionamos en base a las creencias
que sostenemos, y eso debemos tenerlo muy en cuenta en la labor del Coach.
¿Cuántas veces usamos frases con las que nos identificamos de forma
inmediata? Como también encontramos apreciaciones que rechazamos de plano. Esta
es una primigenia, pero válida forma de comenzar a identificar creencias.
Aquellas que nos son propias y también aquellas que son diametralmente opuestas.
En la Programación Neurolingüística no se habla de creencias “correctas” o “incorrectas”,
sino de creencias efectivas o improductivas para alcanzar un resultado deseado
en un contexto determinado.
En la Programación Neurolingüística se asume que las creencias que una
persona posee, filtran la percepción de la realidad y por ende, marcan su
comportamiento. Si realmente queremos ser eficaces en el trabajo de Coaching,
necesitamos escoger un conjunto de creencias potenciadoras para impulsar
cambios.
Por su parte, la palabra
metáfora tiene sus raíces en la lengua griega, con el significado de
"llevar más allá”. Esto implica, trasladar una idea, llevándola desde un
significado definido o concreto, a otro simbólico o figurado que lo represente.
Es decir, enunciar una cosa a través de otra similar en algún aspecto. La
metáfora, en su esencia, involucra una comparación, en la cual dos cosas que aparentemente
son diferentes se vinculan a partir de algunos rasgos que le son similares. Una
metáfora que no se parezca en nada, a aquello que supuestamente representa,
deja de serlo y termina convirtiéndose absolutamente en un significado
concreto.
En este contexto, la
esencia de la metáfora es la analogía, la igualación de contenido con otras
palabras. Cuanto más simple es la comparación, más cerca de la conciencia está.
Cuanto más compleja y más transformada está la analogía, más va a esquivar el
control de la conciencia y va a entrar a nivel inconsciente. La metáfora no imputa,
sino que insinúa; no decreta, sino que sugiere, dejando a quien la escucha que
tome sólo lo que necesite y lo haga madurar a su propio ritmo, para apreciar su
utilidad en el momento adecuado.
La metáfora es un lenguaje
indirecto, que se relaciona con el hemisferio cerebral derecho, lo cual implica
que está más cerca de lo intuitivo y global que de lo racional. Esta naturaleza
de lenguaje funciona básicamente por asociación de ideas, a veces algo
incoherentes con ls lógica, o aparentemente absurdas, pero que adecuadamente
contextualizadas benefician el pensamiento fronterizo y la aparición de
opciones que parecían inexistentes para el pensamiento lógico. Podemos apelar
entonces a la metáfora como un recurso para hacer surgir soluciones.
Cuando alguien nos
describe un problema, es posible que recordemos espontáneamente algún cuento,
una película o una novela. Lo que sucede es que nuestra mente inconsciente
localizó alguna analogía entre ese problema y una metáfora, y consecuentemente
hilvanó un puente en el que es factible que se pueda hallar la fuente de una potencial
solución.
Eso es lo que reportaba el
famoso psiquiatra e hipnoterapeuta Milton Erickson, y posteriormente
documentado y modelado por Bandler y Grinder, en sus sesiones de terapia
generalmente radicaban en el relato de varias anécdotas o narraciones sin ninguna
conexión aparente entre ellas y el motivo de consulta del paciente. No
obstante, el hilo conductor era que incitaban en quien las escuchaba, la
aparición de recursos que éste requería para superar el inconveniente por sus
propios medios.
Tener una buena
compilación de cuentos y fábulas que sirvan a los efectos de constituirse en
metáforas útiles, es de invalorable beneficio para el practicante de Coaching,
ya que éstas pueden unirse a las otras técnicas de intervención que éste maneje.
Esa recopilación puede ser una buena alternativa para comenzar, la tarea
siguiente es probar y valorar aquellas historias que ofrezcan mayor
potencialidad de opciones de hacer emerger lenguaje simbólico utilizable con
visión conductora hacia la solución de situaciones problemáticas. Como maniobra
final, se necesita desarrollar unas adecuadas técnicas de narrativa para poder referirlos
con la confianza y naturalidad.
La metáfora más efectiva es aquella que está hecha a la medida, es un relato
concebido en toda su extensión con una intención concreta que siempre gravitará
alrededor de movilizar al cliente y generar en él una respuesta de búsqueda
hacia la consecuencia de un logro.
Ese lenguaje simbólico, tiene como
misión actuar sobre el subconsciente de una manera que se desencadene un
proceso que trasciende a cualquier indicación o exhortación de parte del Coach.
Tiene la capacidad, por su naturaleza imaginaria, de no causar agresión a la
persona ni a sus creencias, pero además posee la virtud de activar la capacidad
creativa que todos los humanos tenemos, y que posibilita la generación de
novedosas ideas que desde la posición racional difícilmente emergen como
viables soluciones a alguna situación problemática.
CONCLUSIÓN
En suma, el principal propósito
de esta género de modelaje simbólico, es abrir la puerta a un aprendizaje más
claro de la persona a la que se interviene, a través de la exploración de sus
metáforas o utilizando intencionalmente las mismas, con la finalidad de tomar
conciencia de la manera en que su sistema trabaja, porque ellas son un
fragmento bastante fiel de su estructura profunda de pensamiento y con ellas afloran
circunstancias en las cuales el cambio es una consecuencia natural. Sin embargo
este cambio no ocurre en un vacío, requiere de un contexto figurado. Una vez
que este contexto existe, simplemente usando adecuadamente la indagación con
incisiva puntualidad podremos llegar a descubrir muchas opciones a partir de
esa narración que inicialmente podría parecer insustancial, porque las metáforas son los procesos que utilizamos
para construirnos los significados de nuestras propias experiencias.
.Bibliografía Consultada:
OConnor, J. y Seymour, J. (1995). Introducción a la PNL.
8va. Edición. Ediciones Urano. Barcelona, España.
OConnor, J. y Lages, A. (2005) Coaching con PNL. 4ta.
Edición. Ediciones Urano. Barcelona, España.
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